sábado, 11 de octubre de 2014

Vía Verde del Bidasoa, Navarra-Euskadi


La Vía Verde del Bidasoa recupera el antiguo trazado del tren minero conocido como Txikito, tren que unía las localidades de Elizondo (Navarra) con Irun (Gipuzkoa), para el disfrute de los que lo recorremos hoy en día.



Transcurre en su mayor parte a orillas del río Bidasoa, del que toma el nombre, río vasco-navarro de poco recorrido frontera natural entre Irun y Francia. 





La Vía Verde del Bidasoa forma parte del trazado de la ruta Eurovelo nº1 de la Red Europea de ciclo rutas, 14 rutas de larga distancia que atraviesan Europa. Una red diseñada por la Federación Europea de Ciclistas.




Comenzamos a rodar en las inmediaciones de Bera de Bidasoa, ya que habíamos dejado nuestro vehículo aparcado en las afueras, en una zona industrial. 




Bera de Bidasoa posee un casco urbano verdaderamente bonito, casas típicas, flores en balcones y ventanas, y un puente medieval sobre el río Bidasoa, el Puente de San Miguel.




Nada más comenzar ya nos percatamos de que íbamos a disfrutar de los preciosos paisajes de Navarra, con los colores del recién estrenado otoño reflejados en los remansos del río.




La vía discurre paralela al río y a la carretera N-121-A, en algunos tramos el trazado orinal se ha perdido y ha sido sustituido por desvíos. Con tramos de asfalto y otros de tierra compactada; con algún cruce peliagudo y algún tramo, de poco tráfico, compartido con vehículos a motor. Siempre rodeados de un bello paisaje con bosques y prados, convirtiéndolo en un recorrido inolvidable.





Nos sorprendió gratamente encontrar, en plena vía verde, una casa rural con la entrada jalonada de hortensias, y, como si de una carta de presentación se tratara de la hospitalidad que en ella se brinda, una pequeña casita con tarjetas y caramelos de cortesía a pie de vía. La Casa Rural Alan-Zahar, en el término de Lesaka, rodeada de un paisaje encantador. La tendremos en cuenta en futuras visitas a la zona.





    Perfil altimétrico de la vía





Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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Vía Verde Val de Zafán              
                       

viernes, 8 de agosto de 2014

Albarracín bajo la lluvia

Visite una de las ciudades más bonitas de España, visite Albarracín”. Esto es lo que decía Azorín y esto es lo que hacemos siempre que podemos.


Hemos visitado Albarracín en invierno, bien abrigados, pues sus fríos son intensos. En verano, con mucho calor, buscando las sombras, ya que sus veranos son de infierno.

En días punta por sus calles corren ríos de visitantes, no fue así en esta ocasión en que una tormenta de verano hizo descender las temperaturas, pasando de los 35° a unos refrescantes 16°, haciendo que las calles quedaran desiertas y convirtiendo los ríos de gentes en ríos de agua bajando por sus empinadas calles.


Un calzado apropiado, un buen paraguas y un chubasquero, nos ayudaron a recorrer este precioso pueblo, tan diferente a otros, con sus casas de fachadas de yeso rojo, más rojizas de lo que las habíamos visto nunca por estar mojadas.

 Empezamos el recorrido desde la parte alta, ya que estacionamos nuestro vehículo en un aparcamiento más pequeño y menos turístico, al que se accede desde la carretera que viene de Cuenca y antes de pasar el túnel que atraviesa el pueblo por sus cimientos.


Nos dirigimos hacia el Portal de Molina, que tantas veces enmarca fotográficamente la peculiar Casa de Julianeta. Pasamos por la Casa Azul, tan diferente a todas pero que no desentona.


Continuamos hacia la Plaza Mayor, en sus soportales hay algunos visitantes refugiados de la intensa lluvia, los cuales, nos miran asombrados de que sigamos con nuestro paseo por el entramado de calles arriba y abajo como si tal cosa - según nos comentaron horas más tarde una simpática pareja de Córdoba con la que entablamos conversación-. 


En el bar de la plaza vemos como va entrando gente, entre ellos varios pintores con sus artilugios; carrito, caballete, etc.


La noche vence al día y las luces del alumbrado público se van encendiendo, la luz anaranjada se refleja en el pavimento mojado y crea un ambiente especial.


A nosotros nos vence el agotamiento después de un día intenso por esta comarca y nos despedimos de Albarracín hasta la próxima, pero no sin antes tapear un poco para reponer fuerzas antes de ir a descansar. Albarracín, y en general toda la comarca, cuenta con una magnifica oferta en hostelería.


Anteriormente ya escribimos sobre Albarracín y que es lo más relevante para visitar, en aquella ocasión lo titulamos Albarracín cautiva a primera vista. También nuestra amiga Elvireta tiene una entrada en su blog de viajes dedicado a esta preciosa población, ella lo titula: LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE ESPAÑA: ALBARRACÍN.
En esta ocasión nosotros solo paseamos bajo la lluvia, pero no queríamos dejar de compartirlo, ya que nos resulto una experiencia de lo más gratificante.

Albarracín recientemente (edición 2014) ha estrenado el título de “Uno de los pueblos más bonitos de España” en la entrada a la ciudad, por ambos lados, hay un reluciente cartel que así lo acredita. Por algo ya lo decía Azorín...
Visite una de las ciudades más bonitas de España, visite Albarracín”.




En el siguiente enlace se puede ver la plaza mayor de Albarracín en directo, desde la webcam instalada en lo alto del ayuntamiento: webcam.albarracin.es

  
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lunes, 4 de agosto de 2014

Rambla Barrachina, Teruel

¿El cañón del Colorado? ¿El lejano oeste?  ¡No! La Rambla Barrachina de Teruel


En las inmediaciones de Teruel nos encontramos con un paisaje que bien podría ser de otro continente, un lugar con un halo mágico, un lugar para perderse durante unas horas.

Saliendo de Teruel por la N-330, dirección Cuenca, a poco más de 2 kilómetros a mano derecha, entre los kilómetros 299 y 298, nos encontramos con un paisaje que bien podría servir de escenario para una película de indios y vaqueros, un lugar con un encanto especial, La Rambla Barrachina. 




La Rambla Barrachina es uno de los paisajes más desconocidos y espectaculares de la provincia, se trata de un barranco en que el tiempo, el agua y el viento, se han encargado de moldearlo y transformarlo en un paisaje árido. La paz que se respira en él, junto a los colores de tierras y estratos que van desde el blanco, los rojos y amarillos con toda una gama de ocres, el azul del cielo y el verde de la poca vegetación que en él trata de sobrevivir. Hacen que olvides donde estas y dan la sensación de que de un momento a otro van a salir los indios montados en sus caballos. Los buitres, que sobrevuelan formando círculos contribuyen a ello, las cornisas de las altas paredes les sirven para posarse y esperar a sus presas, el sonido de los córvidos y su eco...





El paisaje cambia de color según las horas del día, el sol incide en las arcillas, en los grandes mallos y en las paredes verticales que tanto nos recuerdan al Gran Cañón del Colorado, en el que nunca hemos estado pero, que tantas veces hemos visto en las películas.







La imaginación vuela libre igual que esos buitres, el Séptimo de Caballería se nos viene a la cabeza, los indios Sioux, Toro Sentado y sin darnos ni cuenta vamos silbando la banda sonora de "El bueno, el malo y el feo". De pronto nos asalta una duda... ¿estamos en el siglo XXI? ¿Estamos en la península Ibérica? 

A lo lejos cuatro jinetes se nos están acercando, al llegar a su altura, casi instintivo y sin darnos cuenta les saludamos:


- ¡Hao! ¿Dónde ir este camino?


- A los que nos contestan, no sin poco cachondeo -¡Hao Forasteros! todo recto llegar a Teruel.


- Gracias, por un momento pensábamos que nos encontrábamos en Arizona.


Después de unas risas y de comentar las peculiaridades del lugar nos despedimos de ellos.


Es un paisaje diferente, simplemente espectacular y con unas posibilidades fotográficas enormes para los aficionados a ellas. Echarle imaginación y ya veréis....... 

                            THE END

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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jueves, 31 de julio de 2014

Valencia

 De turismo por Valencia en bicicleta 


Llegamos a Valencia en coche, y lo hacemos por la zona norte, por Alboraya.

Alboraya es una localidad muy próxima a la capital, situada al norte de la misma y rodeada de huertas, donde el cultivo rey es la chufa.

La chufa es un pequeño tubérculo con el cual se elabora la horchata, un liquido blanquecino del cual el Rey Jaime I dijo al probarlo «¡Axo es or, xata!» -¡esto es oro, chata!-  y a eso hemos venido nosotros a Alboraya, a hacer una cata de Horchata, y como venimos informados lo haremos en dos sitios diferentes; en Casa Toni, en el casco antiguo, frente al mercado municipal, y en la Horchateria Daniel, en la zona nueva, frente a la parada de metro, mucho más grande y con fotos en las paredes de visitantes ilustres.

Después de saciar nuestro apetito, y curiosidad, con un resultado de empate a diez, descargamos nuestras bicicletas, las ponemos a punto y a rodar ¿destino?¡Valencia!





En el sur de Alboraya hay una avenida con todo un carril bici a nuestra disposición. No sabríamos decir cuántos kilómetros de avenida hay, sí que cambia de nombre en varias ocasiones, y que en el tramo de Alboraya se llama Avenida de la Horchata.







Entramos en Valencia por la puerta grande ¡Y tan grande!  Por la Puerta de Serranos, estas imponentes torres nos recuerdan mucho a las del Monasterio de Poblet,  y es porque se inspiraron en la Puerta Real del Monasterio para construirlas, pero, dándoles un tamaño mucho mayor.



     Torres de Serranos

Atravesando el puente nos sentimos como el Cid Campeador o el mismísimo Jaime I, entrando triunfantes después de conquistar tan bella ciudad, y es que, Valencia, siempre fue un bombón codiciado.

Las torres son visitables, 2€ cuesta la entrada. Desde lo alto, la ciudad y el antiguo cauce del río Turia a nuestros pies.

Seguimos nuestro trayecto por el Carrer dels Serrans, una calle llena de locales donde echar un trago y comer algo, pero nosotros llevamos los depósitos todavía llenos.

Llegamos al Palacio de la Generalitat, donde están los gerifaltes, lleno de cámaras de seguridad y guardias en las puertas, creemos que no es visitable, así que lo admiramos por fuera rapidito y seguimos pedaleando hacia la Plaza de la Virgen.

Toda esta zona es peatonal y está muy concurrida, por lo que nos apeamos de nuestros velocípedos y continuamos caminando junto a ellos ¡chino chano!



    Fuente Río Turia    

En esta plaza siempre hay mucha gente y palomas alrededor de la Fuente del Turia, en ella también está la Basílica de la «Cheperudeta», como llaman cariñosamente los valencianos a la Virgen de los Desamparados.  La puerta de los Apóstoles de la catedral, en la que se celebra el Tribunal de las Aguas, también da a esta plaza. Todos los jueves, a las 12h, se realiza este acto que lleva celebrándose ininterrumpidamente desde hace más de mil años. Declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.



      El Micalet


Continuamos con nuestra ruta y nos dirigimos a la Plaza de la Reina, para acceder al interior de la Catedral y subir los 200 escalones hasta llegar a la terraza donde se encuentra El Micalet, una de las campanas más grandes de la península, el nombre le viene por la campana llamada Miquel, santo que tenía la obligación de proteger la ciudad de tormentas y otros males. Una escalera de caracol, que se va estrechando tal como se va remontando, y que dispone de semáforo para regular el tráfico, es el acceso a ella. 



    Plaza de la Reina 

Desde lo alto las vistas son magnificas, en días claros se ve el infinito y mas allá. Entrada; 2€ campanario, 4,50 € Catedral, muy interesante toda ella, en especial la Capilla del Santo Cáliz.


   ↑ Retablo de alabastro, Capilla del Santo Cáliz 

Proseguimos con el itinerario hacia la iglesia de Santa Caterina y su bonita torre, de la que hay una vista magnifica desde la Calle Paz, por la cual continuaremos hacia la “Milla de oro de Valencia”, en las inmediaciones del Palacio del Marqués de Dos Aguas.




   ↑ Edificio de Correos

De nuevo pedaleando damos una vuelta completa a la gran Plaza del Ayuntamiento. Nos adentramos por callejuelas estrechas y muy cuidadas, llenas de locales -algunos con encanto- en los que tapear o comer, sobre todo en los aledaños de la Plaza Redonda, restaurada no hace mucho. 



   ↑ Plaza Redonda

Nos dirigimos ahora hacia el Mercado Central, un edificio modernista digno de ver, tanto por fuera como por dentro. Después, la magnífica Lonja de la Seda, Patrimonio de la Humanidad. La monumentalidad de las columnas de la Sala de Contrataciones, es la imagen mas conocida de este edificio, obra maestra del gótico civil valenciano. Entrada: 2€ general, 1€ reducida, gratuita domingos y festivos.


     ↑ Mercado Central


Todavía queda mucha Valencia; la Estación del Norte, el Mercado de Colón, el viejo cauce del río; sus puentes y el parque de Gulliver, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el BIOPARC, la Albufera y muchos, muchos palacios e iglesias….No cabe todo aquí, se haría largo y aburrido de leer, y no es esa nuestra intención, Valencia es para disfrutarla, y más si se hace en bici; un medio rápido, silencioso, divertido, saludable y económico, ideal en desplazamientos cortos urbanos.


   ↑Lonja de la Seda 



   ↑ Salón de Contrataciones Lonja de la Seda 


Valencia es punto de sellado del Camino del Cid.




↑ Ciudad de las Artes
                                              

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viernes, 25 de julio de 2014

Vía Verde del Mar, Castellón

Ruta Cicloturística de alto valor Paisajístico


Las Vías Verdes son rutas que discurren sobre trazados ferroviarios en desuso que han sido sometidos a transformaciones para permitir al visitante disfrutar del entorno natural y cultural de las zonas por donde transitan, conjugando cultura, naturaleza, educación y deporte.


5,7 Kilómetros es el recorrido total de esta ruta, Vía Verde del Mar, que une las localidades de Oropesa del Mar y Benicàssim por el antiguo trazado del ferrocarril. El recorrido transcurre íntegramente por el litoral, en una zona muy abrupta, toda ella de acantilados y con importantes desniveles. Estas dificultades se salvaron abriendo trincheras y tutelando en las montañas más altas, consiguiendo un trazado casi totalmente llano.


El poco desnivel existente la hace ideal tanto para peatones como para ciclistas, siendo un lugar muy frecuentado por vecinos de ambas poblaciones. 

La cercanía al mar de esta ruta supone una buena oportunidad para disfrutar del litoral en un precioso paisaje. 

Os la describimos en el sentido del Km. 0 hasta el 5,7. Benicàssim- Oropesa.

Comenzamos la ruta en las inmediaciones del Hotel-Termas Marinas El Palasiet, justo donde se situaba el antiguo apeadero, ahora desaparecido, y desde donde hay unas bonitas vistas del litoral y playas de Benicàssim.

El primer tramo discurre por la zona de Playetas, donde existe la posibilidad de darse un baño en la playa. Pasado este punto avistamos la torre vigía de la Colomera, justo antes de pasar por el cortado de la roca.


Pasados dos kilómetros llegamos a la torre de la Cordá, de arquitectura y época similares a la anterior. Esta torre esta restaurada y se puede acceder a su terraza, desde la cual hay unas vistas magníficas de la costa - Visita gratuita. En verano los viernes de 11h. a 13h. el resto del año previa cita en la oficina de turismo de Oropesa; teléf. 964 312 320 o turismo@oropesadelmar.com- Posee aparca bicis en las inmediaciones.

El último tramo de la ruta consiste en un túnel de 600 metros iluminado. Nada más salir del túnel se disfruta de la bonita vista del puerto deportivo de Oropesa, junto a él, dos pequeñas calas en las que darse un baño. A unos cien metros finaliza esta ruta en un pequeño parque con pinos y mesas de picnic.

Por unos metros el trayecto transcurre en paralelo con el actual trazado ferroviario.


Durante la ruta hay una serie de paneles informativos sobre la flora; zonas de descanso y miradores encarados al mar. Esta diferenciada en dos partes; una para ciclistas hormigonada y otra para peatones de tierra.

Hemos tenido el privilegio de recorrer esta ruta en soledad, también con buena compañía, tanto de día, como a la luz de la Luna y siempre ha sido una verdadera gozada para los sentidos; se huele, se oye, se ve el mar e incluso se puede tocar.

El extremo de la vía verde en el termino de Benicàssim, se enlazó con el carril bici de la localidad, unos 20 km., que a su vez enlazan con el de Castellón, con lo que los aficionados a la bicicleta estamos de enhorabuena, pues podemos disfrutar de largos recorridos por los cuales transitar sin el peligro de tenerlo que hacer compartiendo el trafico con vehículos a motor.

Existe buena oferta hotelera en la zona que dispone de bicicletas al servicio de sus clientes.




                                                         

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  Otras Vías Verdes que hemos recorrido:


Vía Verde del Irati                                            
                         
Vía Verde Val de Zafán     

Vía Verde Ruta del Carrilet

miércoles, 16 de julio de 2014

La Tinença de Benifassà, Castellón

La Pobla de Benifassà, Fredes, El Boixar, El Ballestar, Coratxà, Castell de Cabres y Bel, son los siete nombres de los siete pueblos que forman La Setena de La Tinença de Benifassà.

La Tinença de Benifassà es una sub-comarca dentro de las comarcas castellonenses del Maestrat y Els Ports. Situada al norte de la provincia de Castellón, lindando con Tarragona y Teruel. Confluencia geográfica de los sistemas montañosos Dels Ports y el Sistema Ibérico. Una de las zonas más hermosas de la Comunidad Valenciana

Montañas abruptas, barrancos profundos, bosques frondosos, una rica biodiversidad de especies de flora y fauna, carreteras sinuosas y muy pocos habitantes, son parte de los encantos de esta comarca.


Nos dirigimos a estas tierras de La Tinença de Benifassà con el objetivo de visitar el Monasterio de Santa María de Benifassà y todos y cada uno de los siete pueblos que componen La Setena. Con la intención de disfrutar de todos los tesoros que esconden estas bellas tierras.




Entramos en esta comarca por la carretera CV-105, procedente de la Sénia, Tarragona, el primer rincón con encanto que recibe al viajero se sitúa junto a la misma carretera, la Fuente de San Pedro, un paraje que cuenta con fuente, caída de agua del río Sénia, mucha vegetación, un restaurante, y está rodeado de viviendas de recreo.




Al poco la presa del pantano de Ulldecona, embalse construido por los regantes de esa población a mediados del siglo pasado. El embalse dota a la zona de unos bellos paisajes. En nuestra visita se encontraba al cien por cien de su capacidad y sabemos que en días previos tenían las compuertas abiertas.

Nada más pasar el restaurante Moli L'Abad II y el puente del embalse, tomamos un camino a la derecha, El Mangraner, por él nos dirigimos hasta la cola del embalse. Dejamos el coche en las inmediaciones de la casa forestal la Tenalla para hacer una excursión caminando hasta el Salt de Robert.




El Salt de Robert es un salto de agua de 30 metros, considerado uno de los parajes más bellos y emblemáticos de La Tinença. El trayecto es tan bello como el paraje del salto de agua. El sendero continua en dos direcciones: hacia la población de Fredes y hacia el Portell del Infern, pero en nuestro caso volvemos por donde vinimos, recogemos nuestro vehículo y nos dirigirnos al Monasterio de Santa María de Benifassà, es jueves y es el día apropiado para poder acceder al interior de la iglesia.





La historia de estos pueblos y estas tierras ha estado siempre ligada al Monasterio de Santa María de Benifassà, el tesoro de La Tinença. La designación territorial de Tinença o Tenencia, se refiere justamente a que los pueblos eran tributarios del monasterio. El abad, fue el señor del territorio durante siglos.





Jaime I dono estas tierras al Monasterio de Poblet con la condición de que se fundara el primer convento cisterciense en tierras valencianas. Durante siglos el monasterio dominaba estas tierras. 

Está situado en una hoya al noroeste del cerro de Santa Escolástica, ubicación original del castillo de Beni-Hassan, núcleo fundacional de La Tinença, en el término municipal de La Pobla de Benifassà. En la actualidad lo habitan un grupo reducido de monjas de clausura de la orden de la Cartuja de San Bruno.

Se puede visitar la iglesia los jueves de 13h. a 15h. la entrada es gratuita y el monje que abre la cartuja ofrece postales al visitante a 0,35€ la unidad (Está permitido hacer fotos).







Continuamos con nuestra ruta y nos dirigimos ahora a visitar los siete pueblos de La Setena comenzando por El Ballestar.

El Ballestar es el primer pueblo que encuentra el visitante al entrar en este bello rincón si lo hace desde la Sénia y después de pasar el pantano. Situado sobre un cerro, a 713 metros sobre el nivel del mar, con un casco urbano por el que parece haberse detenido el tiempo. Su nombre lo dice todo, Bell-Estar. Aquí se encuentra el Centro de Información de visitantes del Parque Natural (Información y turismo esta junto al camping Moli l´Abat aguas abajo del pantano).





La Pobla de Benifassà está situada a 713m. de altitud, rodeada de montañas majestuosas. Es la población con mayor número de habitantes de toda La Tinença. La Pobla de Benifassà fue el lugar elegido por un artista innovador, que se instalo en las inmediaciones de este pueblo y ha ido creando con sus obras el Jardín de Peter. La visita cuesta, en concepto de donativo, mínimo 2,50€.







El Boixar está situado en una encrucijada de caminos, entre El Ballestar, Castell de Cabres y Coratxà, a 1089 m. de altitud. Fue uno de los pueblos más importantes de la comarca por su artesanía en utensilios de Boj, la madera de sus bosques.

Castell de Cabres, situado a 1134 m. de altitud en un cerro presidido por los restos de su castillo que, aunque desaparecido, perdura en el topónimo de la población.

Según cuenta la leyenda, hallándose en la población solo ancianos, mujeres y niños, se libraron de un ataque enemigo con ingenio. Al anochecer, ataron a todas las cabras que tenían una tea encendida en los cuernos, el enemigo, al ver tanta antorcha, creyó el castillo lleno de soldados, por lo que dio la batalla por perdida sin ni siquiera presentar lucha, emprendiendo la retirada.






Coratxà es la población con mayor altitud de las siete, 1239 m.s.m., todo su término es montañoso, con paisajes de gran belleza y una carretera de acceso de vértigo. Su pequeña iglesia, San Jaume, es la más antigua de la Comunitat Valenciana y esta englobada dentro del llamado Románico de Reconquista, está situada sobre un pequeño cerro, separada de la población. Adosada a ella se encuentra el cementerio.








Fredes tiene el término municipal más pequeño de La Tinença, se encuentra a 1090 metros sobre el nivel del mar, en un valle rodeado de pinares. En esta población suelen darse las temperaturas más bajas de la provincia. En su término se encuentra El Tossal dels Tres Reis, punto de confluencia de las comunidades de Aragón, Cataluña y Valencia. Según cuenta la tradición en este punto se reunían los mandatarios para parlamentar, si salir ninguno de sus respectivos territorios.
El primer domingo de octubre se celebra la Festa del Tossal, a ella acuden gentes de las tres comunidades.






Bel es el pueblo más pequeño de La Tinença, está situado a 953 m.s.m. Con casas de piedra, balcones de forja y una pequeña iglesia, ejemplo más claro del arte románico de la zona. Está prácticamente deshabitado durante todo el año, lo que multiplica su encanto. La carretera de acceso es de las que los quitamiedos al borde de la calzada se hacen imprescindibles.







La Tinença de Benifassà es un Parque Natural protegido que, por su naturaleza, historia y urbanismo ha sido denominada como "pequeña comarca de enorme valor paisajístico". 
               

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