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domingo, 3 de diciembre de 2017

Mallorca, mejor en invierno

Y desde aquí, señora, mis versos a ti van
olorosos a sal marina y a azahares
al suave aliento de las Islas Baleares.
                           (Rubén Dario)


Las Islas Baleares tienen una larga historia, inspiradoras de poemas, residencia de artistas. Por ellas pasaron: cartagineses, romanos, vándalos, bizantinos, musulmanes y también bloggers de viaje…



Los Bloggers de Viaje somos un colectivo que ha ido creciendo y cada vez es más tenido en cuenta por las agencias de turismo, como la de las Islas Baleares que el pasado mes de octubre reunió, a la vez que repartió por las diferentes islas, a más de 40 bloggers de viajes. Para participar lanzaron, junto a Baleares Travel Bloggers, un concurso previo, hicieron una selección y eligieron a los ganadores.

Un país para recorrérselo se encontraba entre los afortunados ¿El premio? pasar un finde en alguna de las islas ¿Cual nos toco? Mallorca, la mayor del archipiélago Balear.



Desde ya os adelantamos que Mallorca es mucha Mallorca para ir solo un fin de semana, y que, a nuestra modo de ver, es mucho mejor hacerlo fuera de la temporada estival, cuando la afluencia masiva de visitantes llega a su fin. Sin duda “Mejor en invierno”.




Visita imprescindible es La Ciudad de Palma, capital de la isla y de la autonomía balear, su casco antiguo está salpicado de vestigios históricos: Baluartes, Murallas, Baños Árabes, La Lonja, El Palacio Real de la Almudaina…. entre ellos destaca, y mucho, su monumental catedral, visible desde casi cualquier punto de la ciudad, siendo, durante mucho tiempo, la única catedral cuya imagen se reflejaba en el mar mediterráneo. Algo que quisieron recuperar tras las obras del actual paseo marítimo, convirtiéndose en una de las imágenes más emblemáticas de la isla, hermosa de día, preciosa de noche.





El viernes fue el día de la llegada de los participantes, a diferentes horas y desde diferentes puntos de España. Alojándonos a todos en el hotel AC Ciutat de Palma. Hotel situado a un paso de lugares de ocio nocturno y desde el que se puede acceder al centro histórico dando un paseo. 




La cena de bienvenida se celebro en el Rte. Pesquero, situado en el puerto de Palma, con vistas a los muelles llenos de embarcaciones de recreo y de pesca. En él degustamos una variedad de tapas en su mayoría elaboradas con productos del mar.






Ciñéndonos al itinerario diseñado por las anfitrionas de la isla, asociadas de Balearstb, y gracias a la generosa colaboración de Sixt.es que nos presto sus coches con el deposito lleno para hacerlo posible, el sábado por la mañana emprendimos ruta hacia la Sierra de Tramuntana para descubrir la esencia de la Mallorca más auténtica.





Salimos del hotel en dirección hacia Valldemosa, la primera parada del camino la realizamos en La Fiore, una fabrica de vidrio artístico en la que además de poder comprar alguna de sus hermosas piezas, se puede admirar en vivo y en directo como trabajan los artesanos; la agilidad y habilidad que tienen con el vidrio, como lo soplan, los hornos... Y no solo eso, si no que por 20€ podemos convertirnos en sopladores de nuestra propia pieza. Algo que pudimos experimentar en primera persona y que jamás olvidaremos; por la emoción de la experiencia y por la bola que nos llego a casa días después vía correo certificado. Tras soplar la pieza a alta temperatura, los artesanos la rematan y la meten en un horno para que vaya enfriando con temperaturas controladas. Una vez terminado el proceso queda lista para recoger in situ o enviarla a su destinatario si ya ha abandonado la isla.




La siguiente parada la hicimos en Valldemosa, un pequeño pueblo de montaña, donde lo mejor que se puede hacer es callejear tranquilamente para admirar sus muchos rincones con encanto. Este pueblo fue el elegido por Chopin y su amada, para pasar largos periodos de su vida. Unas dependencias de La Cartuja, ahora visitables, fueron su morada. Después del paseo nada mejor para reponer fuerzas que tomarse un bollo, o dos, del dulce típico del lugar, las Cocas de Patata.








Continuamos dirección Sóller, de camino paramos en el mirador con vistas a Sa Foradada, un espolón rocoso agujereado por la erosión que se adentra en el mar.




Llegamos a Sóller, donde los sábados por la mañana se celebra el mercadillo semanal, algo que se nota en el ambiente de sus calles. Por Sóller transita el único tren de la isla, de vía estrecha, que cubre el trayecto desde Palma hasta Sóller y el tranvía que va hasta al puerto, algo que se ha convertido en un atractivo muy turístico, con sus vagones de madera, su baja velocidad y su peculiar recorrido. Sóller está situada en el centro de un valle sembrado de naranjos, limoneros y almendros presidido por el inconfundible perfil del Puig Major, la cumbre más elevada de Mallorca.






En las inmediaciones de Sóller visitamos la Cooperativa y Centre Capvespre, una visita muy 
instructiva, donde Aina e Irene, de Més Cultura, nos explicaron la actividad agrícola de la zona, basada básicamente en los cítricos, la almendra y en el olivo. Nos enseñaron la almazara: patio de recepción de la aceituna, trituradoras, prensas, centrifugadoras, depósitos de decantación, bodega de almacenaje y el resultado final, el zumo de la aceituna, el aceite.




Existe una variedad autóctona en la isla, la Aceituna Mallorquina, con denominación de origen
protegida, descendiente de la empeltre introducida siglos atrás desde la península. En la isla se 
consume rota, o partida, (trencada en mallorquí) adereza con hinojo, guindilla, agua y sal marina en 
la justa medida, algo que nos enseñaron a elaborar en una clase/taller en la que aprendimos a 
hacer nuestras propias “Olives Trencades”, las que se pueden degustar en todos los bares y
restaurantes de la isla. Nos llevamos nuestro bote de aceitunas a casa y lo podremos saborear dentro
de tres meses, que es el tiempo que necesitan de maceración para estar en su punto.




           


Desde la cooperativa nos llevaron hasta una masía, donde Pere, un agricultor de la zona, nos recibió en su casa, nos mostró la belleza del lugar, nos hablo de los pros y los contras de ese tipo de vida, de los olivos, algunos centenarios, arraigados en un terreno abrupto con bancales de piedra seca. Además, nos ofreció un almuerzo típico de payés, servido bajo un inmenso emparrado de Parra Virgen vestida con su follaje otoñal. Con un sol mediterráneo que calentaba pero sin achicharrar, con la paz y el sosiego que se palpaban, vivimos uno de los momentos más relajantes desde hacia mucho tiempo, en un lugar idílico con vistas a Fornalutx.







Continuando con el planning de ruta, y marchándonos de Ca Pere no sin remolonear, nos dirigimos 
hacia el Puerto de Sóller. De camino nos desviamos para hacer una breve parada en otro de los
miradores emblemáticos, el Mirador de Ses Barques, con vistas al mar mediterráneo y al puerto de
Sóller.




El Puerto de Sóller es un lugar ideal para pasear y admirar las distintas embarcaciones. Las Llaüt son las típicas barcas mallorquinas con las que, desde hace años, practican la pesca de arrastre. Las Llaüt comparten el Puerto con las de motor y con las barcas de recreo. 
Para acabar la tarde nos sentamos tranquilamente en una de las terrazas con vistas al puerto, vimos pasar el tranvía de Sóller y disfrutamos contemplando la puesta de sol.





Pero el día no acaba cuando cae la noche, del Puerto de Sóller nos llevaron a Inca para participar en la Nit del Vi, la Noche del Vino, una feria en la que participan bodegas de las islas para promocionar el vino balear.





El domingo amaneció un día gris y lluvioso y fue el día de las despedidas, escalonadamente, al igual
que la llegada, nos fuimos marchando. Pero con todo ello aun aprovechamos al máximo la jornada.
Visitamos el museo de la Fundación Pilar y Joan Miró, creado y donado por expreso deseo del artista 
y su esposa a la ciudad de Palma. En él además de una gran cantidad de obras del artista, pinturas y 
esculturas, se realizan exposiciones itinerantes y otras actividades culturales.







Continuamos visitando al Castillo de Bellver, entrada gratuita los domingos, desde el que se observan unas magnificas panorámicas de la ciudad de Palma y de la Sierra de Tramuntana. El castillo de Bellver es de planta circular y es el mas antiguo de Europa con esta característica.






Y seguimos disfrutando del domingo con un paseo por el centro de Palma. Visitamos el interior de la
catedral, con su original altar mayor reformado por Gaudi, la capilla del Santísimo ambienta con aires
submarinos, sus inmensas vidrieras circulares…








Como os adelantábamos al principio nos quedó mucha Mallorca por recorrer, pero lo que vimos lo disfrutamos, sin agobios, sin calor y con buena compañía. Muchas gracias a Baleares Travel Bloggers, Agencia de Turismo de Baleares, Travel me sofly, Gastando suela, Viaje con Pablo, Recuerdosde mi mochila, La ratona viajera, Juntos viajamos, 365 sábados viajando y en especial a nuestras anfitrionas Mapamundi de Sandra y TravelRocks por este #Betterinwinter en Mallorca tan especial. Nos vemos!!




Visitamos Mallorca invitados por la Agencia de Turismo de Baleares tras ganar el Concurso celebrado en el Aniversario de la asociación Baleares Travel Bloggers. 
Las opiniones aquí expresadas son libres.

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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lunes, 18 de septiembre de 2017

Alicante con sabor




Muchas veces hemos visitado Alicante por diferentes motivos, pero nunca nos habíamos marchado con tan buen sabor de boca como en esta ocasión.








En nuestra reciente visita a la ciudad de Alicante con motivo de asistir al #FocusOnInfluencers invitados por Trablin, organizadores del evento. Teníamos entre las actividades ofrecidas a Bloggers e Influencers la posibilidad de realizar una Ruta Gastronómica por la ciudad -Gourmet Walking Tour- con la empresa Alicante Smart Destination, en la que ademas de recorrer el centro de Alicante contándonos hechos históricos y curiosidades de la ciudad, de edificios, calles y plazas por las que transcurre la ruta, se ofrece diferentes degustaciones de productos alicantinos, valencianos y españoles: Vinos, aceites, jamones, turrones, frutas...con un denominador común, la calidad.






Tras acudir al punto de encuentro a la hora fijada, las presentaciones de rigor, esperar a algún rezagadillo (incluso a los que nunca aparecieron) y la explicación del recorrido. Comenzamos la ruta frente al Nº 1 de la Explanada de España, uno de los lugares más concurridos de Alicante sea la hora que sea, la Explanada es el paseo de Alicante por excelencia y la imagen que tenemos todos, o casi todos, de la ciudad, un paseo jalonado de palmeras con el suelo cubierto de millones de teselas de mosaico formando olas con los tres colores de la ciudad, en el que abundan las terrazas, comercios y puestos de todo tipo.






La primera parada se realiza en una heladería, con un nombre que a todos nos recuerda la navidad, AntiuXixona, en la que degustamos una de las bebidas más valencianas que existe, La Horchata, acompañada de un pedacito de Coca de Almendras, un bizcocho elaborado con almendras marcona (la más cara y apreciada del mundo) y aceite de almendras entre otros ingredientes. La Horchata (Orxata en valenciano) es una bebida blanca que se elabora extrayendo el jugo de las chufas, un tubérculo muy pequeño que tras tenerlo unas horas en remojo se tritura con agua, se filtra, se le añade azúcar y se dejar refrigerar unas horas, debiéndose consumir muy muy fría. Los dos productos deliciosos.





La ruta continua camino de la Casa Consistorial, un edificio barroco imponente construido en el siglo XVIII, en el que se encuentra la cota 0 de España, tomándose como punto exacto el primer peldaño de la escalera del ayuntamiento. Se encuentra situado entre la Plaza del Ayuntamiento y la Plaza de la Santísima Faz. Plaza desde la que se sale en peregrinación hacia el Monasterio de la Santa Faz, a 5 km. de Alicante. La ruta continua y se acerca hasta los restos de la antigua muralla, Alicante tuvo varios cinturones de murallas y varias puertas de acceso, de las que han llegado hasta nuestros días solo los nombres convertidos en la Plaza de la Puerta del Mar, la Plaza de la Puerta de Elche...








La siguiente parada gastronómica se realiza junto al mercado central de Alicante, un edificio modernista de ladrillo visto con algunos toques de cerámica y piedra, testigo de uno de los episodios bélicos más sangrientos de la Guerra Civil, y en cuyo interior se encuentra el reloj que se quedo parado a la hora exacta que ocurrieron los hechos. El 25 de mayo 1938 el mercado fue bombardeado desde el aire y en el perdieron la vida más de 300 personas. En la entrada hay un monumento conmemorativo. A día de hoy el mercado es un lugar lleno de vida y de color.





Salazones del Mar Menor, nos deleita con una degustación de loncheados de Mojama y Hueva de Maruca, cuyo sabor gusta o disgusta, conclusión a la que llegamos con las diferentes reacciones entre los participantes de la ruta. 





Continuamos y nos adentramos en el mercado, súper animado un sábado a las 12 del mediodía. Ahora es el turno de Ibéricos Victor, en esta parada conoceremos las diferencias entre las 4 variedades de jamón ibérico que existen con denominación de origen, basadas en la alimentación del animal y clasificadas con los colores: blanco, verde, rojo y negro, siendo este último el de calidad suprema, elaborado con patas de cerdos alimentados unicamente con bellotas y que viven en semi-libertad por la dehesa extremeña. Su grasa es de alto valor oléico (la buena) y su sabor inigualable, probamos las cuatro variedades y aunque realmente estaban todas buenas, hay que reconocer que el etiqueta negra es sublime.




Continuamos por el mercado central y la parada es ahora en un puesto de embutidos de la región, Carnes Esteve, en el que nos deleitan con unas rodajas de chorizo, de longaniza de pascua, o salchichas como las llamaba Sara, nuestra guía, y de morcilla extremadamente picante para los componentes del tour, excepto para uno de ellos que acabo con el resto del plato.





Bajamos ahora a la planta inferior del mercado en la que se encuentran los puestos de frutas y verduras, el color de las hortalizas de las huertas y las frutas de todo tipo se adueñan del espacio, colocadas en pirámide, en hileras o al tuntún, de todas formas quedan preciosas. Un plato de frutas frescas variadas, acabadas de cortar y a esas horas de la mañana, entran de maravilla; melón, dátiles, uvas, sandia, mandarina… frutas que van cambiando según la temporada.








Salimos del mercado y en uno de los quioscos de la entrada principal se encuentra E. Candela Espí, la cuarta generación de artesanos en turrones y dulces nos deleita con dos de las variedades de turrón más conocidas y apreciadas, Jijona y Alicante, conocidos coloquialmente como el blando y el duro, elaborados con almendra marcona de la zona.









La ruta continua ¿Creías que con la fruta y el turrón habíamos llegado a los postres? pues no. Caminando unos 300 m. llegamos a La Crème, una panadería- pastelería situada en un chaflan mirando hacia el teatro principal, en la que nos espera la degustación de dos de las cocas típicas de Alicante, La Coca de Tonyina, típica en las fiestas de las Hogueras de San Juan. Una coca cerrada tipo empanada rellena de cebolla frita, piñones y tonyina, la tonyina de sorra es la ventresca del atún en salazón y aceite. La otra, La Coca de Molletes (mollitas/migitas), es una coca abierta, la masa de la base es una mezcla de harina, aceite y cerveza, cubierta con una pasta harinosa y salada que se elabora con harina, aceite y sal y que se queda pegada en el paladar como los polvorones de navidad. También incluyeron unos croasants en miniatura en la degustación que contrastaban con el salado de las cocas. De allí mismo nuestra guía se llevo una barra de pan que serviría para la siguiente degustación.











La Chinata es una Oleoteca, una tienda de aceite y sus derivados, el oro liquido que se extrae de las aceitunas. En ella nos ofrecieron una cata de cuatro aceites de oliva virgen extra, de primera prensada, dos de ellos aromatizados, uno con laurel y otro con pimienta roja, estaban todos de toma pan y moja, y es lo que hicimos hasta terminar con el pan.







La ruta ahora si va tocando a su fin, pero no sin antes catar los vinos de Alicante, blanco primero, tinto después, en Vinart nos mostraron algunas botellas de colección, ediciones numeradas, novedades del mercado y vinos con mucha historia, como el Fondillón, un vino dulce elaborado con uva monastrell muy apreciado en siglos pasados que desapareció y volvió a resurgir, como la propia ciudad.







El Gourmet Walking Tour es una propuesta diferente para conocer la ciudad de Alicante, de una forma amena y divertida, de entremezclarse con sus gentes, de enterarse de sus costumbres, de su pasado y de su presente, llevándose un buen sabor de boca.

Tiene una duración aproximada de dos horas y media, y un precio de 25€ para adultos y 10€ para niños de 4 a 12 años.

Esta disponible los viernes y sábados con reserva previa, y con la posibilidad de realizarse en inglés y francés. 

El recorrido puede variar en función de la marcha del grupo y el criterio del guía, adaptándose al horario de los comercios participantes.

Las opiniones aquí expresadas son libres, basadas en la experiencia vivida, sin existir ningún tipo de acuerdo previo con la empresa, a la cual desde aquí le damos las gracias por la acogida.

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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