sábado, 19 de noviembre de 2016

El Jinquer y sus Castaños

Parque Natural de la Sierra de Espadán, Castellón



Seguimos disfrutando de los colores del otoño, en esta ocasión en El Jinquer y en su bosque de castaños, en el interior del Parque Natural de la Sierra de Espadán de Castellón.





El Parque Natural de la Sierra de Espadán es el segundo espacio protegido más extenso de la Comunidad Valenciana. Un terreno abrupto, de fuertes contrastes, de elevadas cimas e irregulares crestas a ramblas y barrancos profundos con interesantes contrastes cromáticos. Un espacio con frondosos bosques y numerosas fuentes. El alcornoque es una de las especies más representativa del parque, con una amplia tradición de manufactura del corcho. 





En la Sierra de Espadán se encuentran los mejores alcornoques de la Comunidad Valencia, siendo las poblaciones de Aín, Alfondeguilla, Alguimia de Almonacid, Almedíjar, Artana, Azuébar, Chóvar, Eslida y Vall de Almonacid donde mayor número de ejemplares podemos encontrar.






La Sierra de Espadán, precisamente por lo abrupto de su territorio, fue uno de los últimos enclaves de resistencia morisca antes de su expulsión, de ellos nos quedan (entre otras cosas) topónimos y muchos castillos, como los de Ayódar, Almedijar, Eslida y muchos otros.






Nosotros nos dirigimos hacia El Jinquer, hacia el despoblado primero y al bosque de castaños después, pero no sin antes pasar por Eslida donde se encuentra el Centro de Visitantes del parque, atención al público todos los días de 9h. a 14h. Donde nos atenderán e informaran con mucho gusto, además de proveernos del correspondiente mapa de la zona.






Desde Eslida, siguiendo por la carretera CV-223, nos dirigimos hacia Alcudia de Veo y de allí, tomando la CV-215 dirección Alguimia de Almonacid, después de pasado el kilómetro 1 a mano derecha, comienza una pista hormigonada en un principio, que, tras unos 4 kilómetros nos acerca hasta el pueblo abandonado del Jinquer.







El Jinquer fue levantado en un valle de excepcional belleza, a día de hoy las ruinas se encuentran engullidas por la vegetación y las calles apenas son senderos definidos por el ir y venir de los curiosos que hasta allí nos acercamos. En lo alto de la población, la iglesia, de dimensiones reducidas, de una sola nave y sin techumbre, una pequeña hornacina y dos columnas con capiteles muy deteriorados nos muestran donde estaba el altar. 






En un promontorio de rodeno prácticamente inexpugnable, se encuentra el castillo, desde el que se controlaba el valle y se protegía a sus habitantes. 

Durante la Guerra Civil las casas fueron cerradas y el pueblo quedo abandonado. Muy cerca del pueblo aún se pueden ver trincheras y nidos de ametralladoras.





Siguiendo por la misma pista, que transcurre remontando en paralelo el río Vero, festoneado de chopos con sus inconfundibles y otoñales hojas amarillas, llegamos al bosque de castaños. Un bosque que no está aquí por designios de la naturaleza, si no que fue plantado por alguno de los antiguos habitantes del Jinquer y que el tiempo se ha encargado de asilvestrar. Un centenar de árboles de gran tamaño que hoy forman el único bosque de castaños en la Comunidad Valenciana.





El regreso lo realizamos por el mismo camino a la inversa.







La Sierra de Espadán está llena de lugares de interés: Pueblos, neveras, fuentes, castillos, torres, barrancos, picos, bosques, molinos y ríos, como el río Chico, artífice del paraje “El Pozo Negro”, protagonista de nuestro próximo relato.






Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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