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martes, 1 de septiembre de 2015

El Muyo, Riaza, Segovia, Castilla León




El Muyo es un Pueblo Negro de Segovia, en la pedanía de Riaza. Se denomina así por su Arquitectura Negra, construida exclusivamente en pizarra, muy abundante en toda la zona.





A él se llega desde Madriguera, Pueblo Rojo, un trayecto de apenas 4km. que vale la pena recorrer.




El entramado urbano, de pequeñas dimensiones, conserva el encanto de antaño; calles sin pavimentar, casas y corrales de muy baja altura, puertas muy rusticas. Todo ello con la presencia omnipresente de la piedra de pizarra. Pizarra en suelo, pareces y tejados.




El edificio más destacado es la iglesia, que, en nuestra visita, se encontraba rodeada de maquinaria y herramienta de construcción, por lo que deducimos que se estaba rehabilitando.




Sus calles estaban siendo provistas de su correspondiente placa con su nombre el día de nuestra visita, un acontecimiento en el estaban participaban los vecinos y veraneantes activamente.





El Muyo se recorre en un suspiro, su pequeño tamaño lo hace, aún si cabe, más hermoso.
     

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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domingo, 23 de agosto de 2015

Medinaceli Villa,Comarca de Arcos de Jalón, Soria



Medinaceli, la Villa Vieja, la antigua Occilis de los romanos de cuya época se conservan: calzadas, mosaicos, salinas y el único Arco Triunfal de tres vanos que se conserva en nuestro país, emblema de la ciudad. Es una población que ha sabido conservar el encanto de villa medieval. Está declarada Conjunto Histórico Artístico y es uno de los Pueblos más Bonitos de España.

La Villa de Medinaceli estuvo poblada por celtiberos, romanos y musulmanes, Medinat Salim la llamarón los árabes de los que también quedan importantes restos como las murallas y el castillo. Según cuentan las leyendas por uno de estos cerros está enterrado Almanzor y parte de su tesoro.

Medinaceli Villa, está situada sobre una meseta a 1200 metros sobre el nivel del mar. Situada estratégicamente entre las mesetas castellanas y el Valle del Ebro, en la Comarca de Arcos de Jalón de la provincia de Soria.




Lo primero que contempla el visitante que llega a la Villa de Medinaceli, es su Arco Romano, fechado en el siglo I, de triple arcada, el arco central sería de acceso para los carros y los laterales para los peatones, declarado Monumento Nacional desde 1923.

El mayor esplendor de la villa le llegaría en época cristiana, elevada al rango de Villa Ducal por los Reyes Católicos. 



La plaza Mayor, de dimensiones enormes con el más puro estilo castellano, se construyo sobre lo que fue el foro romano, está flaqueada por casas con soportales, en ella destacan dos edificios: el Palacio Ducal, en el que se exponen mosaicos encontrados en la plaza, y el edificio de la Alhóndiga, lugar destinado a transacciones económicas y Concejo.




El Castillo es utilizado actualmente como cementerio, sus restos, escasos y reconstruidos, se hallan donde se alzaba la Alcazaba árabe. Fue el castillo de los Condes de Medinaceli hasta su traslado al Palacio Ducal.






Sus calles, llenas de casas bonitas y rincones bien cuidados, por las que da gusto pasear, son uno de sus mayores encantos.


Desde el Mirador del Cid, ubicado en un alto imponente, se puede divisar el Valle de Arbujuelo.

Medinaceli es punto de sellado del Camino del Cid.











Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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viernes, 3 de abril de 2015

Ruta por las Batuecas y Peña de Francia, Salamanca


AUTOR: J.L.V.A.


Esta vez tocaba super-ruta, es decir, de las largas y por tanto le corresponde un super-relato, así es que aviso ya de entrada a los lectores para que vayan prevenidos en cuanto a tiempo y ganas.




Prefiero contar la “aventura” cuando se tiene reciente pero con la suficiente demora temporal que permita obviar los detalles que menos me hayan impactado. De esta manera, los posos que dejan las vivencias serán aquellos que se van a recordar aunque pasen muchos años. Por poner un ejemplo, Mogarraz, un pueblo con cierta fama, es verdad que puede ser más auténtico que La Alberca, éste más enfocado al “turismeo”, pero también resulta más aburrido y lo único que lo diferencia del resto es que tiene sus fachadas salpicadas de fotos antiguas de los lugareños, extraídas del archivo local, consecuencia de un peculiar proyecto, Retrata-2, sobre unas planchas metálicas de buen tamaño.




Pero la primera parada, brevísima, había sido en los 4 postes de Ávila, buscando quizá una iluminación imposible al amanecer así es que tuve que continuar la ruta, algo decepcionado. La siguiente parada fue en Villanueva del Conde, un pueblo chiquito y muy majete, con una amplia plaza y una bien plantada iglesia. La razón de mi parada era meramente logística: necesitaba de ese pan de pueblo recién hecho para acompañar al salchichón ibérico que me iba haciendo guiños todo el viaje, pero no pudo ser, un amable ciclista me explicó que no había suficiente demanda para sustentar una panadería.




De ahí a Mogarraz, donde el pan lo llevaban a las 10 desde otro pueblo, según pudieron explicarme entre un mudo por señas y un viejito desde una terraza y faltaba más de media hora. La arquitectura tradicional de esta zona es muy bonita pero está mezclado lo auténtico con lo meramente decorativo, es decir, fachadas imitando a lo tradicional. Y de Mogarraz a La Alberca, “capital” de las Batuecas, importante núcleo turístico, con campings, urbanizaciones de apartamentos, casas rurales e incluso varios hoteles de buena pinta. Tiene un par de largas calles medio peatonales con los típicos comercios enfocados a turistas, de regalos, artesanía y gastronomía variada (dulces, quesos, pimentón, miel, embutidos, jamones, hornazos y muchos etceteras …). Y pude contar hasta cuatro panaderías. En la primera que entré porque olía a gloria bendita, lo estaban haciendo, con masa madre según me explicó la señora y me emplacé para recogerlo al regreso pero sin embargo en la siguiente panadería sucumbí a la tentación porque el salchichón y mi estómago no estaban dispuestos a esperar más. Como era Lunes Santo, todo el pueblo se estaba afilando los dientes a la espera del turista ocasional. La plaza de La Alberca constituye por sí sola la estampa auténtica que representa a toda esta región de Las Batuecas.



Me gustó también un pequeño y coqueto puente sobre el río y me sorprendieron sus aceras, hechas con grandes bloques de piedra. Y me encantó cruzarme con una viejecita ataviada con las ropas típicas, cargada de humildad, limpieza y elegancia. En la puerta de la iglesia se encuentra la escultura de un cerdo de tamaño medio hecha por una escuela de aprendices del lugar y que supone de facto el icono donde todo el mundo se hace la foto de rigor. En varios pueblos pude observar la existencia de una pequeña ermita, llamada del humilladero, cuyo significado os dejo que consultéis en google para no darlo todo hecho, jeje.




El siguiente objetivo era la Peña de Francia (Francia es la sierra y Francia es el río), erguida montaña que se observa desde muchos kilómetros a la redonda que alberga un santuario y una estación repetidora. Desde el desvío son 12 km de subida por una amplia carretera (suben los autobuses del Imserso) que garantiza unas vistas excepcionales en todas direcciones. Por cierto que la virgen aquí también es morenita. Aunque el viento soplaba con ganas tuve que agradecer lo limpio de nubes que estaba el cielo porque a mi lado una pareja comentaba que de cinco veces que habían subido nunca habían podido ver la linea del horizonte. El santuario, nada especial por dentro, pero colosal por fuera, era visitable y gratis. También, bajo un curioso monolito de gran tamaño, había excavada una especie de trinchera subterránea que se convertía en una balconada sobre el vacío.






La siguiente parada fue en San Martín del Castañar, por recomendación de un viajero, otro pueblo fiel representante de la arquitectura de la zona donde me di un paseo callejero porque el coche había que dejarlo en la entrada. Me gustó su iglesia. Como anécdota diré que había muchas golondrinas y también me sorprendió un señor fabricándose macetas en madera a base de 5 tablillas.







Tras subir el puerto del Portillo, cargado de silencio y buenas vistas, toca una increíble bajada con quince o veinte revueltas en plan Alpe D'Huez, y ya abajo se llega al Monasterio del Santo Desierto de San José de las Batuecas (en rehabilitación), curioso nombre con un no menos curioso cartel en la entrada de su fachada coronada con un árbol en su cúspide. A destacar un paseo fluvial de unos cientos de metros desde el aparcamiento (ojo que hay dos parkings, uno de unas 15 plazas y otro el doble de grande, algo más lejano) hasta el monasterio que discurre paralelo al río de forma que se circula encajonados en madera cual cabestros en San Fermín, con bancos en el trayecto y hasta merendero con fuente.




Ya en pleno valle de Ambroz, llegué a Hervás, otro pueblo recomendado, a eso de las 4 de la tarde. Aunque lo intenté hasta en 3 sitios, me resultó imposible comer, ni de menú, ni de carta: unos cerraban, otros se les había acabado todo, vamos que ni aperitivo me pusieron. Ya hablaré de ellos en Tripadvisor. Supuestamente lo destacable de este pueblo era su barrio judío. Había muchos turistas dando vueltas, pero a mí me decepcionó, no sé, quizá porque estaba sin comer. En la iglesia andaba medio pueblo faenando y limpiando con vistas a las inmediatas procesiones.


Desde Hervás sale una vía que comunica con el valle del Jerte subiendo por el puerto de Honduras. Son 17 km. de subida y otros tantos de bajada por una muy peligrosa carretera, con buen firme pero muy estrecha que obliga a parar al cruzarse dos coches pues el ancho de la vía es menor que la anchura de los dos vehículos luego alguno de los dos se tiene que salir al minúsculo arcén. Aprovechando de mi experiencia me puse a chupar rueda de otro coche que me iba abriendo camino y aunque intentó distanciarme acelerando en las rectas con visibilidad, luego le tocaba frenar en las curvas y así fuimos todo el trayecto haciendo el muelle.




Ya en el Valle del Jerte, congestionado el tráfico por las obras del desdoblamiento de la carretera, subí a El Torno, pues tenía pendiente de un viaje anterior visitar el Mirador de la Memoria, con una preciosa vista y 4 esculturas humanas en recuerdo de nuestra guerra civil.






Y de ahí a Plasencia, con la obligada visita al Succo y al Tentempié, donde disfruté de un espléndido zorongollo (ensalada de pimientos asados, ventresca de atún, ahumados de salmón y bacalao, decorado con berros, manzana, fresas y vinagreta de módena y con mucha cebollita) y algo más que me reservo. Terminé viendo la procesión, felicitándome de ser solo espectador al ver como salían echando el bofe y sudando los nazarenos en cada cambio de grupos y pese a la frecuencia de los mismos. Quedé citado con una hamburguesa de retinta para el próximo jueves y para tomarme el cafelito en el parador que esta vez no hubo tiempo.



Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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jueves, 5 de marzo de 2015

Mirador Salto del Nervión



Llegamos al mirador del Salto del Nervión tras una caminata sobre nieve de aproximadamente 3km. desde el aparcamiento situado junto a la carretera, entre los kilómetros 3 y 4 de la BU-556, carretera que une las localidades de Berberana y Orduña y que es el acceso más cómodo al Monumento Natural del Monte Santiago.


Aparte del aparcamiento la zona está dotada de mesas de picnic y paneles informativos de rutas y senderos.


El acceso hasta la Casa del Parque (3km +- desde la carretera), se puede realizar en vehículo si la climatología lo permite, previo pago de 3€ por turismo, habiendo varios aparcamientos autorizados a lo largo del recorrido. Algo que en nuestra visita no fue posible debido a la cantidad de nieve caída en días previos, por lo que no nos quedo otro remedio que caminar hasta el Mirador del Salto del Nervión.


Un Monumento Natural es un espacio en el que se protegen formaciones geológicas, yacimientos paleontológicos y demás elementos que reúnan un interés especial por la singularidad o importancia de sus valores científicos, culturales o paisajísticos.


El paisaje de Monte Santiago destaca por su frondoso hayedo, que se extiende hasta los cortados calizos, donde se localiza el Salto del Nervión, una bella y espectacular cascada de 300m. de altura, el salto más alto de la península Iberica y una de las cascadas más grandes de Europa Occidental, con forma de cola de caballo, cuya agua desemboca en el valle de Délica.



A lo largo de la pista se disfruta del hayedo que atraviesa, podemos ver varias charcas de anfibios señalizadas, zonas de aparcamientos, la Casa del Parque (centro de interpretación del monumento), la fuente de Santiago, las ruinas del monasterio de Santiago Langreriz, la lobera, un par de refugios techados (bancos bajo techo) y desde el mirador se puede disfrutar de los cortados calizos y de las aves que en ellos habitan.


A pesar del gran esfuerzo que supuso caminar en esas condiciones tan adversas, con un clima cambiante, ya que en el trayecto; nevó, granizo, hizo viento, llovió, hubo niebla y salió el sol, hemos de decir que gracias a que íbamos bien equipados disfrutamos mucho del paisaje, del camino y del salto en especial, ya que es una cascada que aflora después de lluvias y deshielo, como en este caso.


 El acceso al monumento en temporada alta, puentes y fines de semana está regulado con el fin de preservar los valores del Monumento Natural y mantener el estándar de calidad de la visita, el resto del año tiene un horario de acceso de vehículos.


 A quien pueda interesar, dado lo cambiante del caudal, facilitamos la fecha de la excursión: 27 Febrero 2015



Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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sábado, 22 de febrero de 2014

Parque Natural del Cañón del río Lobos y ermita de San Bartolomé, Soria


En la provincia de Soria, a escasos quince kilómetros de El Burgo de Osma, donde la cordillera ibérica se separa de la meseta del Duero, en el pequeño pueblo de Ucero, se sitúa el punto de partida de nuestra ruta por el Cañón de río Lobos. Un paraje situado al noroeste de la provincia que se prolonga a lo largo de 25 kilómetros, desde Ucero hasta Hontoria del Pinar, ya en tierras burgalesas. Declarado Parque Natural y Zona de Especial Protección para la Aves, y que, por la espectacularidad de su relieve, está considerado como uno de los paisajes más bellos de España.



Siguiendo por la carretera que va de Ucero a San Leonardo de Yagüe, la SO-920, a poco más de dos kilómetros del pueblo, en una curva y pasado un puente sobre el río, se encuentra el desvío que, por pista asfaltada, nos adentra por el Cañón del río Lobos




A nuestra izquierda, en el margen opuesto del río, vemos un restaurante al que no se puede acceder, ya que hay que vadear el río y este baja muy crecido. También, junto a la pista, un merendero público; con mesas y barbacoas que está anegado por el agua. 



Seguimos por la pista paralela al río y encontramos una primera zona acondicionada como aparcamiento, que, en nuestra visita, se encontraba inutilizada por tala de árboles, así que continuamos hasta un segundo aparcamiento que hay más adelante. El parquin está organizado; con aforo para 108 coches, 2 autobuses, plazas reservadas para el personal del parque, 2 plazas para minusválidos, contenedores de basura, fuente, un mapa de la zona y senderos, y las flechas correspondientes para seguirlos. Desde aquí, hasta la ermita, solo hay 1 kilómetro caminando y hasta el Puente de los Siete Ojos, 9,2km.




Vamos bordeando el río y aunque parece ser que está preparado para vadearlo, no nos es posible, pues, como ya hemos visto en la entrada, va desbordado. Paredones calizos de gran altura nos acompañan, el sendero transcurre entre sabinas y pinos laricio, el silencio, solo roto por el murmullo del agua, los pájaros y los ruidos propios del bosque, son nuestros únicos compañeros en la marcha. De repente, en un ensanchamiento del cañón, en un enclave de gran belleza, surge, protegida por enormes rocas, una enigmática construcción de estilo románico, construida por los caballeros de la Orden del Temple en el siglo XII, la ermita de San Bartolomé. Dice de ella Ángel Almanzán, en su libro “Por tierras de Soria, La Rioja y Guadalajara”:

«En un meandro del río Lobos, protegida por cantiles enormes, con el buitre leonado como vigilante eterno y psicopompo desde la época celtíbera, con una enorme cueva donde oficiar los Misterios de la Magna Mater, y asentando sus cimientos en la firme roca, se encuentra uno de los Centros del Mundo más misteriosos de Europa: la ermita de San Bartolo, antiguo templo del monasterio templario de San Juan de Otero. Todo él es de sillería, para que las energías sutiles no se dispersen y puedan concentrarse y favorecer a todo Peregrino del alba que busque la Gnosis. Tiene este templo muchas similitudes con San Juan de Duero (Soria): planta en cruz latina, hastiales rematados en triángulos, románico tardío y protogótico »




Esta ermita templaria formaba parte de los mil caminos de Santiago, pero tenía una particularidad especial, y es que formaba parte del centro telúrico, dicen que las piedras que la rodean tienen un magnetismo y una energía especial.




Junto a la ermita hay una gran cueva, un gran orificio, en el que al parecer hay alguna pintura rupestre que nosotros no vimos, tampoco es que recorriéramos la cueva entera, ya que manaba agua por los cuatro costados. También es muy interesante el llamado balcón, un mirador natural excepcional que se encuentra en el mismo paraje y de fácil acceso, con vistas a los dos lados del meandro.


Siguiendo por el puente de madera, situado detrás de la ermita y frente a la cueva grande, el camino continúa 8km. hasta el Puente de los Siete Ojos, de camino la cueva Galiana y algunas más. Camino que no recorrimos y que queda pendiente para una próxima escapada.




Siguiendo por la misma carretera, SO-920, en dirección San Leonardo de Yagüe, en el kilómetro veinte y después de subir un pequeño puerto, hay un interesante mirador con unas impresionantes vistas del desfiladero. Esta muy bien señalizado, con aparcamiento y paso de peatones, se llama Mirador de la Galiana.




En el pueblo de Ucero se pueden contemplar los restos de su castillo templario del siglo XII, atalaya con interesantes panorámicas sobre los cursos de los ríos Ucero, Lobos y Chico. Esta localidad constituye la entrada sur del Parque Natural del Cañon del río Lobos y a las afueras del pueblo está situada la Casa del Parque.




Cualquier época del año será propicia para visitar el Cañón del río Lobos, aunque sin duda, es mejor hacerlo en días de diario, cuando la afluencia de visitantes es menor y el disfrute de la naturaleza se multiplica.


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sábado, 23 de julio de 2011

Las Médulas, Comarca del Bierzo, León

Colosal explotación minera de oro a cielo abierto de la Roma en el siglo I d.Cristo.




Las Médulas se encuentran en la comarca del Bierzo, al oeste de la provincia de León.

Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1997 y ocupan una superficie de 2000 hectáreas.

En el siglo I d. de C. los romanos explotaron los yacimientos de oro del noroeste de Hispania.

Las Médulas son el resultado de la explotación más colosal de minas de oro a cielo abierto que practicó Roma. La técnica empleada fue el sistema de "ruina montium" o lo que es lo mismo, el derrumbe de montes, dejando a su paso un paisaje asolado de arcillas rojas y doradas, de picachos y pendientes desnudas. Un paisaje en el que confluyen y se confunden el realismo de la historia y la percepción onírica de un panorama lunar.





Las Médulas son metalla, en latín " minas", un topónimo frecuente e indicador de enclaves donde los romanos pusieron en marcha su ingeniería minera.





Algunas de las cuevas de entrada a las galerías, como las llamadas "Cuevona" y "Cueva Encantada", superan los treinta metros de altura. Su gran tamaño impresiona al visitante de hoy, como también lo hacen las galerías y los tortuosos túneles, estrechos o ensanchados, que de allí parten.

Desde el mirador de Orellán, como si de un anfiteatro se tratase, Las Médulas se erigen como testigo histórico de unas obras faraónicas de óptimos resultados económicos. Aunque no se sabe con exactitud cuánto oro se extrajo de ellas.



                                                                                

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