Cuenta la
leyenda que por la senda de más de 400 peldaños que llega a la ermita, subió San
Juan Bautista, y por eso, el 24 de junio de cada año, aquí se realiza una alegre y
entrañable fiesta. En el año 1334, el
rey Alfonso XI de Castilla, tras un mes de asediar a siete caballeros vizcaínos,
que con osadía y serenidad resistieron en el islote, tuvo que emprender la
retirada, a pesar de tener un ejército bien adiestrado y equipado. Pero, el peñón
de Akatz y la Ermita de San Juan tienen muchas más historias, de trapicheos, de
piratas, de luchas y de naufragios provocados por las fuertes tempestades. Para
naufragios el que le sucedió a un barco perteneciente a la escuadra que llevo Felipe, aun príncipe, desde Flandes a Laredo, y que se desmantelo casi por completo
entre el peñón de Gaztelugatxe y el islote Aretxe, haciendo pasar al monarca un
mal momento.
La Ermita, ha sufrido varios incendios y saqueos a lo largo de la historia, como el producido por Francis Drake, y tantas veces como ha sido destruida a vuelto a ser levantada. La última remodelación tuvo lugar en 1980, debido al acto vandálico de unos impresentables que solo dejaron en pie las cuatro paredes exteriores.
A día de hoy la ermita se conserva gracias a una Comisión de Voluntarios de Bermeo que, con frío o calor, con lluvia o viento, se dan cita en ella las mañanas de los sábados para realizar trabajos de restauración y de conservación y también, porque no, de guías excepcionales, como lo fueron en nuestro caso.
Nos explicaron detalladamente los daños sufridos por la caída de un rayo en la ermita en noviembre pasado (2014) y de los estragos que hacen los temporales cada año, también de las dificultades con las que se topan con las diferentes administraciones (Ayuntamiento, Diputación, Costas, Obispado). Todo donativo es bien recibido e invertido en mantenimiento y mejoras.
El paraje es
el segundo monumento más visitado de la provincia de Bizkaia, detrás del Museo Guggenheim.
Para la visita lo más conveniente es dejar el vehículo en el aparcamiento del restaurante Eneperi, al que se llega por la carretera Bermeo- Bakio la BI-2101, ya que el camino de acceso señalizado comienza en su puerta, tiene mucha pendiente, por lo que se recomienda calzado de montaña. El primer tramo hasta el mirador esta acondicionado, (hormigón impreso y barandillas), el siguiente tramo es por una senda agreste. Otra opción, un poco más larga pero quizá más cómoda, es acceder caminando por la carretera de acceso restringido a vehículos no autorizados. Con cualquiera de las dos opciones llegaremos hasta el puente del islote que lleva al pie de la estrecha escalera de 241 escalones, que nos conducirá hasta la Ermita de San Juan de Gaztelugatxe.
Dice la tradición, que una vez arriba, hay que tocar tres veces la campana de la Ermita, para que se cumpla un deseo, llamar a la buena suerte o para ahuyentar los malos espíritus.
Los barcos de pesca bermeanos cuando salen a faenar en las largas campañas de bonito, suelen realizar varios giros a babor y estribor para que el santo les de suerte, y lo mismo cuando se inaugura un barco.
En 1963 se colocó en el fondo del mar una imagen de la Virgen de Begoña, patrona de Bizkaia, se encuentra a diez metros de profundidad y es uno de los lugares más buscados por los submarinistas de la zona. Todos los años se realiza una ofrenda floral a la Virgen.
Bello y frágil a la vez por su ubicación, Gaztelugatxe es uno de los enclaves más admirado de la Costa Cantábrica.