jueves, 31 de julio de 2014

Valencia

 De turismo por Valencia en bicicleta 


Llegamos a Valencia en coche, y lo hacemos por la zona norte, por Alboraya.

Alboraya es una localidad muy próxima a la capital, situada al norte de la misma y rodeada de huertas, donde el cultivo rey es la chufa.

La chufa es un pequeño tubérculo con el cual se elabora la horchata, un liquido blanquecino del cual el Rey Jaime I dijo al probarlo «¡Axo es or, xata!» -¡esto es oro, chata!-  y a eso hemos venido nosotros a Alboraya, a hacer una cata de Horchata, y como venimos informados lo haremos en dos sitios diferentes; en Casa Toni, en el casco antiguo, frente al mercado municipal, y en la Horchateria Daniel, en la zona nueva, frente a la parada de metro, mucho más grande y con fotos en las paredes de visitantes ilustres.

Después de saciar nuestro apetito, y curiosidad, con un resultado de empate a diez, descargamos nuestras bicicletas, las ponemos a punto y a rodar ¿destino?¡Valencia!





En el sur de Alboraya hay una avenida con todo un carril bici a nuestra disposición. No sabríamos decir cuántos kilómetros de avenida hay, sí que cambia de nombre en varias ocasiones, y que en el tramo de Alboraya se llama Avenida de la Horchata.







Entramos en Valencia por la puerta grande ¡Y tan grande!  Por la Puerta de Serranos, estas imponentes torres nos recuerdan mucho a las del Monasterio de Poblet,  y es porque se inspiraron en la Puerta Real del Monasterio para construirlas, pero, dándoles un tamaño mucho mayor.



     Torres de Serranos

Atravesando el puente nos sentimos como el Cid Campeador o el mismísimo Jaime I, entrando triunfantes después de conquistar tan bella ciudad, y es que, Valencia, siempre fue un bombón codiciado.

Las torres son visitables, 2€ cuesta la entrada. Desde lo alto, la ciudad y el antiguo cauce del río Turia a nuestros pies.

Seguimos nuestro trayecto por el Carrer dels Serrans, una calle llena de locales donde echar un trago y comer algo, pero nosotros llevamos los depósitos todavía llenos.

Llegamos al Palacio de la Generalitat, donde están los gerifaltes, lleno de cámaras de seguridad y guardias en las puertas, creemos que no es visitable, así que lo admiramos por fuera rapidito y seguimos pedaleando hacia la Plaza de la Virgen.

Toda esta zona es peatonal y está muy concurrida, por lo que nos apeamos de nuestros velocípedos y continuamos caminando junto a ellos ¡chino chano!



    Fuente Río Turia    

En esta plaza siempre hay mucha gente y palomas alrededor de la Fuente del Turia, en ella también está la Basílica de la «Cheperudeta», como llaman cariñosamente los valencianos a la Virgen de los Desamparados.  La puerta de los Apóstoles de la catedral, en la que se celebra el Tribunal de las Aguas, también da a esta plaza. Todos los jueves, a las 12h, se realiza este acto que lleva celebrándose ininterrumpidamente desde hace más de mil años. Declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.



      El Micalet


Continuamos con nuestra ruta y nos dirigimos a la Plaza de la Reina, para acceder al interior de la Catedral y subir los 200 escalones hasta llegar a la terraza donde se encuentra El Micalet, una de las campanas más grandes de la península, el nombre le viene por la campana llamada Miquel, santo que tenía la obligación de proteger la ciudad de tormentas y otros males. Una escalera de caracol, que se va estrechando tal como se va remontando, y que dispone de semáforo para regular el tráfico, es el acceso a ella. 



    Plaza de la Reina 

Desde lo alto las vistas son magnificas, en días claros se ve el infinito y mas allá. Entrada; 2€ campanario, 4,50 € Catedral, muy interesante toda ella, en especial la Capilla del Santo Cáliz.


   ↑ Retablo de alabastro, Capilla del Santo Cáliz 

Proseguimos con el itinerario hacia la iglesia de Santa Caterina y su bonita torre, de la que hay una vista magnifica desde la Calle Paz, por la cual continuaremos hacia la “Milla de oro de Valencia”, en las inmediaciones del Palacio del Marqués de Dos Aguas.




   ↑ Edificio de Correos

De nuevo pedaleando damos una vuelta completa a la gran Plaza del Ayuntamiento. Nos adentramos por callejuelas estrechas y muy cuidadas, llenas de locales -algunos con encanto- en los que tapear o comer, sobre todo en los aledaños de la Plaza Redonda, restaurada no hace mucho. 



   ↑ Plaza Redonda

Nos dirigimos ahora hacia el Mercado Central, un edificio modernista digno de ver, tanto por fuera como por dentro. Después, la magnífica Lonja de la Seda, Patrimonio de la Humanidad. La monumentalidad de las columnas de la Sala de Contrataciones, es la imagen mas conocida de este edificio, obra maestra del gótico civil valenciano. Entrada: 2€ general, 1€ reducida, gratuita domingos y festivos.


     ↑ Mercado Central


Todavía queda mucha Valencia; la Estación del Norte, el Mercado de Colón, el viejo cauce del río; sus puentes y el parque de Gulliver, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el BIOPARC, la Albufera y muchos, muchos palacios e iglesias….No cabe todo aquí, se haría largo y aburrido de leer, y no es esa nuestra intención, Valencia es para disfrutarla, y más si se hace en bici; un medio rápido, silencioso, divertido, saludable y económico, ideal en desplazamientos cortos urbanos.


   ↑Lonja de la Seda 



   ↑ Salón de Contrataciones Lonja de la Seda 


Valencia es punto de sellado del Camino del Cid.




↑ Ciudad de las Artes
                                              

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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viernes, 25 de julio de 2014

Vía Verde del Mar, Castellón

Ruta Cicloturística de alto valor Paisajístico


Las Vías Verdes son rutas que discurren sobre trazados ferroviarios en desuso que han sido sometidos a transformaciones para permitir al visitante disfrutar del entorno natural y cultural de las zonas por donde transitan, conjugando cultura, naturaleza, educación y deporte.


5,7 Kilómetros es el recorrido total de esta ruta, Vía Verde del Mar, que une las localidades de Oropesa del Mar y Benicàssim por el antiguo trazado del ferrocarril. El recorrido transcurre íntegramente por el litoral, en una zona muy abrupta, toda ella de acantilados y con importantes desniveles. Estas dificultades se salvaron abriendo trincheras y tutelando en las montañas más altas, consiguiendo un trazado casi totalmente llano.


El poco desnivel existente la hace ideal tanto para peatones como para ciclistas, siendo un lugar muy frecuentado por vecinos de ambas poblaciones. 

La cercanía al mar de esta ruta supone una buena oportunidad para disfrutar del litoral en un precioso paisaje. 

Os la describimos en el sentido del Km. 0 hasta el 5,7. Benicàssim- Oropesa.

Comenzamos la ruta en las inmediaciones del Hotel-Termas Marinas El Palasiet, justo donde se situaba el antiguo apeadero, ahora desaparecido, y desde donde hay unas bonitas vistas del litoral y playas de Benicàssim.

El primer tramo discurre por la zona de Playetas, donde existe la posibilidad de darse un baño en la playa. Pasado este punto avistamos la torre vigía de la Colomera, justo antes de pasar por el cortado de la roca.


Pasados dos kilómetros llegamos a la torre de la Cordá, de arquitectura y época similares a la anterior. Esta torre esta restaurada y se puede acceder a su terraza, desde la cual hay unas vistas magníficas de la costa - Visita gratuita. En verano los viernes de 11h. a 13h. el resto del año previa cita en la oficina de turismo de Oropesa; teléf. 964 312 320 o turismo@oropesadelmar.com- Posee aparca bicis en las inmediaciones.

El último tramo de la ruta consiste en un túnel de 600 metros iluminado. Nada más salir del túnel se disfruta de la bonita vista del puerto deportivo de Oropesa, junto a él, dos pequeñas calas en las que darse un baño. A unos cien metros finaliza esta ruta en un pequeño parque con pinos y mesas de picnic.

Por unos metros el trayecto transcurre en paralelo con el actual trazado ferroviario.


Durante la ruta hay una serie de paneles informativos sobre la flora; zonas de descanso y miradores encarados al mar. Esta diferenciada en dos partes; una para ciclistas hormigonada y otra para peatones de tierra.

Hemos tenido el privilegio de recorrer esta ruta en soledad, también con buena compañía, tanto de día, como a la luz de la Luna y siempre ha sido una verdadera gozada para los sentidos; se huele, se oye, se ve el mar e incluso se puede tocar.

El extremo de la vía verde en el termino de Benicàssim, se enlazó con el carril bici de la localidad, unos 20 km., que a su vez enlazan con el de Castellón, con lo que los aficionados a la bicicleta estamos de enhorabuena, pues podemos disfrutar de largos recorridos por los cuales transitar sin el peligro de tenerlo que hacer compartiendo el trafico con vehículos a motor.

Existe buena oferta hotelera en la zona que dispone de bicicletas al servicio de sus clientes.




                                                         

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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  Otras Vías Verdes que hemos recorrido:


Vía Verde del Irati                                            
                         
Vía Verde Val de Zafán     

Vía Verde Ruta del Carrilet

miércoles, 16 de julio de 2014

La Tinença de Benifassà, Castellón

La Pobla de Benifassà, Fredes, El Boixar, El Ballestar, Coratxà, Castell de Cabres y Bel, son los siete nombres de los siete pueblos que forman La Setena de La Tinença de Benifassà.

La Tinença de Benifassà es una sub-comarca dentro de las comarcas castellonenses del Maestrat y Els Ports. Situada al norte de la provincia de Castellón, lindando con Tarragona y Teruel. Confluencia geográfica de los sistemas montañosos Dels Ports y el Sistema Ibérico. Una de las zonas más hermosas de la Comunidad Valenciana

Montañas abruptas, barrancos profundos, bosques frondosos, una rica biodiversidad de especies de flora y fauna, carreteras sinuosas y muy pocos habitantes, son parte de los encantos de esta comarca.


Nos dirigimos a estas tierras de La Tinença de Benifassà con el objetivo de visitar el Monasterio de Santa María de Benifassà y todos y cada uno de los siete pueblos que componen La Setena. Con la intención de disfrutar de todos los tesoros que esconden estas bellas tierras.




Entramos en esta comarca por la carretera CV-105, procedente de la Sénia, Tarragona, el primer rincón con encanto que recibe al viajero se sitúa junto a la misma carretera, la Fuente de San Pedro, un paraje que cuenta con fuente, caída de agua del río Sénia, mucha vegetación, un restaurante, y está rodeado de viviendas de recreo.




Al poco la presa del pantano de Ulldecona, embalse construido por los regantes de esa población a mediados del siglo pasado. El embalse dota a la zona de unos bellos paisajes. En nuestra visita se encontraba al cien por cien de su capacidad y sabemos que en días previos tenían las compuertas abiertas.

Nada más pasar el restaurante Moli L'Abad II y el puente del embalse, tomamos un camino a la derecha, El Mangraner, por él nos dirigimos hasta la cola del embalse. Dejamos el coche en las inmediaciones de la casa forestal la Tenalla para hacer una excursión caminando hasta el Salt de Robert.




El Salt de Robert es un salto de agua de 30 metros, considerado uno de los parajes más bellos y emblemáticos de La Tinença. El trayecto es tan bello como el paraje del salto de agua. El sendero continua en dos direcciones: hacia la población de Fredes y hacia el Portell del Infern, pero en nuestro caso volvemos por donde vinimos, recogemos nuestro vehículo y nos dirigirnos al Monasterio de Santa María de Benifassà, es jueves y es el día apropiado para poder acceder al interior de la iglesia.





La historia de estos pueblos y estas tierras ha estado siempre ligada al Monasterio de Santa María de Benifassà, el tesoro de La Tinença. La designación territorial de Tinença o Tenencia, se refiere justamente a que los pueblos eran tributarios del monasterio. El abad, fue el señor del territorio durante siglos.





Jaime I dono estas tierras al Monasterio de Poblet con la condición de que se fundara el primer convento cisterciense en tierras valencianas. Durante siglos el monasterio dominaba estas tierras. 

Está situado en una hoya al noroeste del cerro de Santa Escolástica, ubicación original del castillo de Beni-Hassan, núcleo fundacional de La Tinença, en el término municipal de La Pobla de Benifassà. En la actualidad lo habitan un grupo reducido de monjas de clausura de la orden de la Cartuja de San Bruno.

Se puede visitar la iglesia los jueves de 13h. a 15h. la entrada es gratuita y el monje que abre la cartuja ofrece postales al visitante a 0,35€ la unidad (Está permitido hacer fotos).







Continuamos con nuestra ruta y nos dirigimos ahora a visitar los siete pueblos de La Setena comenzando por El Ballestar.

El Ballestar es el primer pueblo que encuentra el visitante al entrar en este bello rincón si lo hace desde la Sénia y después de pasar el pantano. Situado sobre un cerro, a 713 metros sobre el nivel del mar, con un casco urbano por el que parece haberse detenido el tiempo. Su nombre lo dice todo, Bell-Estar. Aquí se encuentra el Centro de Información de visitantes del Parque Natural (Información y turismo esta junto al camping Moli l´Abat aguas abajo del pantano).





La Pobla de Benifassà está situada a 713m. de altitud, rodeada de montañas majestuosas. Es la población con mayor número de habitantes de toda La Tinença. La Pobla de Benifassà fue el lugar elegido por un artista innovador, que se instalo en las inmediaciones de este pueblo y ha ido creando con sus obras el Jardín de Peter. La visita cuesta, en concepto de donativo, mínimo 2,50€.







El Boixar está situado en una encrucijada de caminos, entre El Ballestar, Castell de Cabres y Coratxà, a 1089 m. de altitud. Fue uno de los pueblos más importantes de la comarca por su artesanía en utensilios de Boj, la madera de sus bosques.

Castell de Cabres, situado a 1134 m. de altitud en un cerro presidido por los restos de su castillo que, aunque desaparecido, perdura en el topónimo de la población.

Según cuenta la leyenda, hallándose en la población solo ancianos, mujeres y niños, se libraron de un ataque enemigo con ingenio. Al anochecer, ataron a todas las cabras que tenían una tea encendida en los cuernos, el enemigo, al ver tanta antorcha, creyó el castillo lleno de soldados, por lo que dio la batalla por perdida sin ni siquiera presentar lucha, emprendiendo la retirada.






Coratxà es la población con mayor altitud de las siete, 1239 m.s.m., todo su término es montañoso, con paisajes de gran belleza y una carretera de acceso de vértigo. Su pequeña iglesia, San Jaume, es la más antigua de la Comunitat Valenciana y esta englobada dentro del llamado Románico de Reconquista, está situada sobre un pequeño cerro, separada de la población. Adosada a ella se encuentra el cementerio.








Fredes tiene el término municipal más pequeño de La Tinença, se encuentra a 1090 metros sobre el nivel del mar, en un valle rodeado de pinares. En esta población suelen darse las temperaturas más bajas de la provincia. En su término se encuentra El Tossal dels Tres Reis, punto de confluencia de las comunidades de Aragón, Cataluña y Valencia. Según cuenta la tradición en este punto se reunían los mandatarios para parlamentar, si salir ninguno de sus respectivos territorios.
El primer domingo de octubre se celebra la Festa del Tossal, a ella acuden gentes de las tres comunidades.






Bel es el pueblo más pequeño de La Tinença, está situado a 953 m.s.m. Con casas de piedra, balcones de forja y una pequeña iglesia, ejemplo más claro del arte románico de la zona. Está prácticamente deshabitado durante todo el año, lo que multiplica su encanto. La carretera de acceso es de las que los quitamiedos al borde de la calzada se hacen imprescindibles.







La Tinença de Benifassà es un Parque Natural protegido que, por su naturaleza, historia y urbanismo ha sido denominada como "pequeña comarca de enorme valor paisajístico". 
               

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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miércoles, 9 de julio de 2014

Elche, Alicante


El nombre de la Ciudad de Elche va unido, inevitablemente, a su mundialmente conocida Dama, su gigantesco Palmeral y su Misterio.




Elche, capital de la Comarca de Baix Vinalopó, es la segunda ciudad más poblada de la provincia de Alicante, está situada a 82 metros sobre el nivel del mar y es atravesada por el río Vinalopó, que divide la ciudad en dos, y en cuyo margen se erige el Palmeral y la mayor parte de edificios históricos.




La Dama de Elche, una escultura íbera encontrada en el yacimiento de La Alcudia. Fue vendida a Francia y más tarde recuperada. Y aunque el busto original de la Dama de Elche se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional, de Madrid, podemos ver replicas por toda la ciudad, de todos los tamaños y materiales, aunque lejos, está presente en la ciudad ilicitana. Al igual que las palmeras, omnipresentes por toda la urbe.


El Palmeral de Elche, el más grande de Europa y por ende de España, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En el que además del parque público (extenso y gratuito), podemos visitar el Huerto del Cura (entrada 5€), jardín artístico nacional, con gran variedad de cactus, de propiedad privada y pequeño tamaño, en el que se encuentra uno de los ejemplares más valorados por su tamaño, edad y rareza, la llamada Palmera Imperial, una palmera con ocho brazos que parece un candelabro vegetal gigante.



El Misterio de Elche, declarado Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, es una representación teatral cantada de época medieval, que ha llegado hasta nuestros días gracias a una bula papal, se representa en el interior de la Basílica de Santa María y en ella se escenifica la leyenda de la Asunción de la Virgen, y que cada año, en el mes de agosto, congrega a cientos de asistentes. La entrada es libre el día de la representación y pagada en los ensayos.

                                                                                                                                       Palacio de Altamira

Elche es una ciudad con mucha historia, en la que hay mucho patrimonio interesante que visitar. 



La Basílica de Santa María (entrada libre), de estilo Barroco está construida en el lugar en el que en época musulmana se levantaba la mezquita. De planta de cruz latina con una gran nave central y cuatro capillas a cada lado. Cuenta con una gran bóveda, en la que se representa parte del Misterio de Elche y cuyo exterior está cubierto con tejas vidriadas azules típicas de levante. 

   Vista desde la azotea de la Torre Calahorra.

Torre de la Basílica de Santa María (entrada 2€), se puede acceder desde el interior del templo y desde la calle, y es el campanario de la iglesia. Su parte más alta es un excelente mirador desde el que poder ver una panorámica de la ciudad y el Palmeral. Tan solo hay que subir 170 escalones (están numerados) por una estrecha y empinada escalera de caracol, que también da acceso a las dependencias que antaño servían de vivienda al campanero y su familia, y que en la actualidad sirven como lugar de exposición de fotografías sobre la propia basílica. En la parte superior al cuerpo de campanas hay instalado un prismático de monedas.
                                        Vista desde el campanario.

El Palacio de Altamira, alcázar de origen almohade, se asoma al cauce del río y linda con el palmeral del Parque Municipal. A su interior se accede desde el MAHE, Museo, Arqueológico y de Historia de Elche (entrada general 3€, gratuito los domingos), un edificio moderno, en el que a través salas y pasillos, nos trasladan en el tiempo y nos llevan hasta el recinto del Palacio de Altamira, en el que hay un lugar destacado para civilización Ibera, la cultura en la que nació la Dama de Elche. En el interior de la torre, en el bajo, en una urna de cristal, se custodia, a día de hoy, una de las replicas de la Dama.



Los Baños Árabes (entrada 1€, domingos gratis). Ubicados en el sótano del convento de la Merced. Utilizados como almacén por las monjas, son uno de los pocos ejemplos de arquitectura pública islámica que subsiste en la Comunidad Valenciana.

La Torre Calahorra (entrada 2€, libre los domingos), torre vigía, alojamiento de alcaides, almudí, residencia de nobles… son algunos de los usos que ha tenido este edificio, nacido como torre de vigilancia en la muralla de la villa árabe. Artesonados árabes, frescos, almenas y ventanas, coquetos salones y estancias subterráneas, en los que hoy en día se dan conferencias y se presentan exposiciones de artistas ilicitanos.



La ciudad de Elche es punto de sellado del salvoconducto del Camino del Cid, dentro del tramo denominado “Defensa del sur”.

  
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jueves, 3 de julio de 2014

Isla de Nueva Tabarca, Alicante



Los griegos la llamaron Planasia, fue la Planaria de los romanos, la Blanasia de los árabes, en el Medievo se la conocía como Isla de San Pablo, Alonos en latín y finalmente Nueva Tabarca, nombre relacionado con los primeros pobladores de la isla. Genoveses, pescadores en su mayoría, sitos en la isla de Tabarqah (pequeña isla situada junto a la costa noroeste de Túnez) y que, cautivos, fueron liberados por el rey Carlos III. Con ellos se colonizo la isla de Tabarca, con el fin de preservarla de incursiones piratas y del trapicheo contrabandista. De ellos aún perduran apellidos italianos en Tabarca y en algunos pueblos de la Costa Blanca; Chacopino, Colomba, Russo…





La Isla de Tabarca o Isla Plana, es la isla habitada más pequeña del mediterráneo y la única de la Comunidad Valencia. El único medio de transporte para acceder a ella es el barco. Desde Santa Pola, el puerto más cercano, el trayecto es de 3 millas náuticas (5 kilómetros +-), también salen barcos (en menor cantidad) desde los puertos de Alicante, Guardamar, Torrevieja y Benidorm, alargándose en este caso la distancia.





Tomamos una Tabarquera (15€ ida y vuelta), nombre que se les da a las embarcaciones que hacen la travesía Santa Pola→Tabarca y viceversa. El tiempo de navegación en catamarán es de algo más de 30 minutos (velocidad media de 11 nudos) tiempo suficiente para sentir el placer de surcar los mares.




   ↑ Visión desde el catamarán

Tabarca fue la primera Reserva Marina de España* y conserva la belleza de sus fondos, abundante flora y fauna y cristalinas aguas. Los catamaranes están dotados de visión submarina que nos permite admirarlos; cantidad de peces variados, praderas de Posidonia oceanica... La empresa TRANSTABARCA nos brinda la oportunidad de hacer la travesía en catamarán o en lancha, nosotros fuimos en catamarán (más de 200 plazas) para disfrutar de la visión submarina y volvimos en barco-taxi (por el mismo precio). Con la lancha la velocidad aumenta hasta 16 nudos por lo que el tiempo disminuye (toda una experiencia). Reconoceréis la empresa por el color naranja de las camisetas de su tripulación y personal de tierra (todos muy agradables) y de las casetas de venta de tickets situadas en el puerto de Santa Pola. 


*Como Reserva Marina las actividades subacuáticas y el amarre de embarcaciones está legislado.


                                                   




Desde la lejanía, nada más salir del puerto, ya se puede observar el tamaño de la isla y el porqué del sobrenombre de La Plana, lo único que despunta en su silueta es su iglesia.


Desembarcamos en Tabarca, en su pequeño puerto, el Port de la Caleta, caminado hacia el recinto amurallado los captadores de clientes de los restaurantes de la isla nos entregan sus panfletos, menús de día a cual más tentador, y es que en Tabarca otra cosa no, pero restaurantes hay unos cuantos. 






Dejamos a un lado la única playa de arena de la isla (sombrillas, tumbonas, patines, duchas) y entramos en el recinto amurallado por la puerta de Levante o de San Rafael. En su calle principal hay algunos establecimientos de souvenirs con “tenderetes” en la fachada. En el resto de calles se puede contemplar la arquitectura popular y disfrutar de la soledad propia de la isla. En Tabarca no hay tráfico rodado, alguna bicicleta, dumper de obra o torito de carga y poco más, por lo que se puede deambular tranquilamente por en medio de las vías que hasta hace poco estaban sin pavimentar. 



      Puerta de Alicante



Existen dos puertas más en el perímetro amurallado; la de la Trancada o de San Gabriel, que era el acceso al islote que sirvió de cantera. Y la de Terra, Alicante o San Miguel, paso al antiguo puerto (ahora desaparecido). A día de hoy son puerta hacia el mar y alguna pequeña cala solitaria de aguas transparentes ideales para el buceo a pulmón (con botella hay que solicitar permisos)


Tabarca está declarada Conjunto Histórico-Artístico y Bien de interés Cultural.





En la parte no poblada de la isla (la más grande) se encuentran, como únicas construcciones, el faro, una casa en ruinas y una torre. Y se disfruta de todo el perímetro de costa con acantilados de poca altura y alguna cala (en su mayoría reserva integral, por lo que está prohibido el baño) muchas gaviotas y pocos humanos.


A Tabarca le faltan muchas cosas, pero va sobrada de encantos…






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