En nuestra
reciente escapada al Barranco de Los Amanaderos, en Riodeva, en el trayecto de
regreso, tomamos la carretera TE-V-6012 que se dirige a la N-330. Entre
los kilómetros 4 y 5 vimos un panel y la silueta de un dinosaurio pequeño de hierro oxidado que llamo nuestra atención, por lo que no dudamos en retroceder y ver
de qué se trataba. Así, por casualidad, nos topamos con las Minas de Azufre de
Libros, que no estaban en nuestros planes de ruta pero que resultaron ser una visita de lo más interesante.
Las Minas
de Azufre de Libros tuvieron su época dorada a finales del siglo XVIII, años en
los que se inicio su explotación, la cual duro de manera intermitente hasta 1889.
Más tarde, ya en el siglo XX, la Industria Química Zaragozana se encargo de su utilización hasta que en 1956 las minas se cerraron definitivamente.
Fotos ermita de la Mina, exterior ↑ interior↓
En la época
de máxima producción las minas contaban con más de dos mil obreros, muchos más
que el propio pueblo de Libros.
Entre las ruinas que se encuentran en el lugar están las de los edificios de la escuela, el cuartel de la guardia civil, el hospital, la panadería, la carnicería, el economato, las casas de los directivos y varias tascas. Estos edificios fueron demolidos al cerrar la explotación.
Entre las ruinas que se encuentran en el lugar están las de los edificios de la escuela, el cuartel de la guardia civil, el hospital, la panadería, la carnicería, el economato, las casas de los directivos y varias tascas. Estos edificios fueron demolidos al cerrar la explotación.
La iglesia y algunas casas-cueva aun se conservan, y es lo que se
puede visitar en la actualidad, así como la entrada a la mina.
Al
principio de la explotación los mineros construían sus propias viviendas a modo
de casas-cueva, excavadas en la roca, hay contabilizadas 130, que en su mayor
parte disponían de sala-comedor, una o dos alcobas y la cocina, que se situaba cerca
de la entrada, y algunas tenían estancias para el ganado.
Nos
sorprendió mucho que algunas de las casas-cueva están restauradas, amuebladas
y con enseres, como un piso piloto, listas para entrar a vivir. Esto es gracias
a un Señor llamado Julián Martínez “El Francés” que se ha dedicado a ello
siguiendo las pautas y características que le han sido transmitidas por
familiares de los mineros.
La ruta de la visita esta señalizada con unos hombrecillos con silueta de excursionista; con gorra, mochila y bastón, realizada en chapa de hierro oxidado. No se paga entrada, ni hay nadie vigilando, ni puertas que cierren los accesos.
En los paneles informativos se advierten del peligro que tiene adentrarse en las minas abandonadas. No olvidéis que la seguridad es lo primero.
Las Minas
de Azufre de Libros están consideradas uno de los yacimientos paleontológicos
más importantes de la provincia, y son conocidas internacionalmente por los
hallazgos de ranas fosilizadas en un excelente estado de conservación. Los fósiles de ranas hallados, con más de
diez millones de años de antigüedad, forman parte de las colecciones paleontológicas
de museos en medio mundo.
Si os interesa saber más sobre las Ranas de Libros, leed el siguiente enlace:
Si os interesa saber más sobre las Ranas de Libros, leed el siguiente enlace:
Recientemente
ha realizado sondeos una empresa de fertilizantes que, en el caso de que los
resultados sean óptimos, reabriría la mina, lo cual supondría para la zona un
impulso económico importante, ya que se calcula que daría empleo directo a unas
cuarenta personas.
Libros es uno de esos pueblos en los que se ha cerrado la escuela por falta de niños.
Libros es uno de esos pueblos en los que se ha cerrado la escuela por falta de niños.
En los paneles informativos se advierten del peligro que tiene adentrarse en las minas abandonadas. No olvidéis que la seguridad es lo primero.
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