martes, 19 de marzo de 2013

Ruta de las Torres vigías, Castellón


Hoy en día tenemos asociado el mar y la playa a momentos de ocio y de placer, pero no siempre fue así.


Nuestros antepasados miraban al mar con temor, veían un lugar por el cual les llegaba el peligro. Ataques de piratas y corsarios que, con intensidad variada, sucedieron desde la edad media hasta el siglo XIX. De aquellas épocas de inseguridad sobreviven expresiones como «No hay moros en la costa».


Es por ello que el litoral valenciano está salpicado de Torres Vigías.

De estas torres hoy en día quedan números vestigios, algunos en buen estado, otros ruinosos y muchos otros desaparecidos por completo engullidos por las nuevas construcciones.

En el término municipal de Cabanes, en la provincia de Castellón, se ha señalizado una ruta que nos lleva de unas torres a otras y que nosotros recorrimos en bicicleta, empezando desde el término de Benicasim, haciendo así nuestra ruta particular.

Nos desplazamos en coche hasta las inmediaciones de la Vía Verde del Maren el extremo norte del término de Benicàssim, descargamos las bicis y nos ponemos en ruta por este antiguo trazado ferroviario.

A los pocos los minutos nos encontramos con la Torre Colomera, de planta redonda y que en estos momentos está en estado de semi-ruina. 


Continuamos unos tres kilómetros y llegamos a la Torre de la Corda, recientemente restaurada y de visita gratuita - en verano los viernes de 11h. a 13h. y el resto del año previa cita en la oficina de turismo de Oropesa, teléf. 964 312 320  o turismo@oropesadelmar.com -, en su interior, nada a destacar salvo la estrechez del acceso a la terraza superior.  Desde lo alto las vistas son impresionantes como no podía ser de otra forma, la visión en días claros se pierde en el horizonte. 

Continuamos hasta Oropesa por la vía verde, allí, rodeada de apartamentos turísticos, está la Torre del Rey la cual ya habíamos visitado en otras ocasiones, por lo que en esta ruta nos la saltamos y seguimos hacia Marina d´Or. Atravesamos este complejo turístico por sus jardines hasta llegar a tierras menos conquistadas.


Siguiendo por una pasarela de madera, en una playa de cantos rodados, llegamos a la primera de las torres de esta ruta señalizada Torre la Sal, rodeada de un pequeño bosque junto al Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca, una zona de humedales protegida.

Esta torre da nombre a muchos lugares de la zona; playa, campings, apartamentos e incluso al centro de interpretación e investigación del parque natural.



Continuamos con la ruta siguiendo las indicaciones de la misma y al poco llegamos a la segunda de las torres Torre del Carmen, rodeada de campos de naranjos, frutales y campos abandonados.  Es de planta cuadrada y de tres alturas. Posee una garita redonda en una de sus esquinas y se observan restos de otra justo en el lado opuesto. Construida en mampostería y con sillares en las esquinas. 

El exterior se conserva bien pero el interior está prácticamente derruido.

La ruta sigue y tras cruzar la N-340, nos encontramos con la torre número tres, en realidad más que una torre es una pequeña Iglesia-fortaleza situada a los pies del Castillo de Albalat, totalmente derruido.



La ermita está dedicada a Nuestra Sra. de la Asunción y fue fortificada ante la amenaza de los piratas berberiscos. En la actualidad alberga el museo de las Fortificaciones de Cabanes. Está construida en mampostería con sillares en los ángulos. Es un edificio de una sola nave, de muros altos y terraza almenada.

La ruta continúa por caminos rurales entre naranjos, con algún campo de alcachofas y con muy pocos desniveles. 



Al poco llegamos a la cuarta de las torres Torre dels Gats. Se encuentra en la Ribera de Cabanes. Es de planta cuadrada y de tres alturas, posee garitas redondas en dos esquinas opuestas. El acceso se hace a través de un edificio colindante. Como las anteriores está construida en mampostería, con sillares en los ángulos y dinteles en puertas y ventanas.






La quinta de las torres está muy cerca de la anterior y se trata de Torre Carmelet. Es de planta cuadrada, de tres alturas, con dos garitas en lados opuestos, construida en mampostería y sillares. Posee un matacán y un escudo nobiliario sobre la puerta de acceso, es la mejor conservada de esta ruta, sin contar con la Iglesia-fortaleza.



El regreso se puede hacer por el mismo camino a la inversa o como nosotros hicimos, continuando por caminos rurales en dirección al mar. No tiene perdida; la AP-7, la línea del ferrocarril, la N-340 y los pasos elevados o inferiores que los salvan nos sirven de orientación.

La ruta se puede compaginar con un baño en alguna playa solitaria, en el Hotel Termas Marinas El Palasiet o en el balneario marino más grande de Europa de Marina d´Or. Lugares para todos los gustos.




No olvidar ir provistos de suficiente agua, pues no hay donde abastecerse una vez fuera de la zona turística de playas. 



                                           

 
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Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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