En nuestra escapada de hoy nos desplazaremos hasta la población
de Pitarque, en el Maestrazgo turolense, en ella recorreremos la senda que nos
lleva hasta el Nacimiento del río Pitarque,
una surgencia Kárstica de aguas subterráneas. Una excursión a pie de unos 10
kilómetros, contando ida y vuelta, en la que nosotros invertimos algo más de
tres horas.
Llegamos hasta Pitarque por sinuosas carreteras, con el asfalto deteriorado por los rigores del clima de estas tierras, con nieve o hielo en las curvas más sombrías y con unos paisajes impresionantes.
Pitarque está situado a 994m. de altitud, al pie de la
Sierra de Cañada, en la Rambla del Mal Burgo en el Sistema Ibérico.
Una vez llegamos a la población dejamos nuestro
vehículo en la plaza del frontón - lugar en que hay más espacio - y nos
dirigimos caminando hacia la parte baja del pueblo. Nos abastecemos de agua en
la fuente, vemos los lavaderos a nuestra izquierda y continuamos siguiendo las indicaciones.
Después de consultar los paneles informativos que
encontramos sobre las diferentes rutas de la zona, seguimos descendiendo
dirección Nacimiento del río Pitarque.
La ruta está bien señalizada, transcurre en un
principio por un camino -GR-8, marcas blancas y rojas- rodeado de campos de
labor, para convertirse después en una senda -PR-TE 67, marcas blancas y
amarillas- que va encajonándose poco a poco con interesante vegetación; quejigos,
arces y avellanos. El vuelo de los buitres con sus grandes alas, que abundan en
los paredones rocosos, nos hace mirar a menudo al cielo. También la cabra
hispánica es la dueña de los riscos.
En el primer kilómetro aproximadamente pasaremos por un
peirón, el de San Cristobal, luego, a mitad del trayecto aproximadamente por una ermita, la de la Virgen de Peña. Al poco por una
central hidroeléctrica abandonada que en el pasado fue importante en el suministro
para la industria lanera del Maestrazgo, en la parte trasera dispone de una
zona de picnic.
El río se va encajonado, también la senda paralela a él
por la que nosotros transitamos, con subidas y bajadas que se hacen pesadas, no
por pronunciadas sino por largas. El rugir del agua nos hace presagiar que el
espectáculo será hermoso, como hermoso es el trayecto, un verdadero gozo para
los sentidos.
El caudal del río cada vez es más estruendoso, hasta que llegamos a un puente de hormigón en que se nos olvida el cansancio del camino, la eclosión de agua es tal que pone los pelos de punta.
Llegados a este punto el camino se divide en dos ojales; Ojal de Malburgo y Ojal de los Planos. El primero es el que atraviesa el puente de hormigón y es el que tomamos, nos lleva hasta la denominada «Chimenea» por la que baja un caudal de agua con gran fuerza.
Después de un buen rato disfrutando de esta maravilla regresamos tras nuestros pasos para tomar el otro ojal. Este sube por una empinada escalera.
Desde lo alto se contempla el espectáculo que hay enfrente - un par de rocas hacen de mirador-. El sendero continúa por la roca y se va estrechando cada vez más, hasta el punto de que cabe solo un pie delante del otro, hay una cadena clavada en la pared para poder agarrarse. Acaba en una grieta en la roca en la que si se lleva linterna se puede ver el agua a los pies.
Tras disfrutar de este Monumento Natural un buen rato, nos volvemos por donde vinimos. La vuelta es más ligera ya que en su mayoría es de bajada, incluso en algunos tramos de pendiente prolongada nos vemos obligados a ir controlando nuestra velocidad.
De regreso, ya en el pueblo, damos una vuelta por sus calles, con casas de adobe muy rusticas, muchas en mal estado, algunas con restos de pintura en color añil en puertas y ventanas. Según creencias de antaño, esto protegía las viviendas de los demonios y malos espíritus.
Esta población en el pasado llego a tener cerca de mil habitantes, nada que ver con el poco mas de un centenar de pitarquinos que la habitan hoy en día.
El río Pitarque se origina en el término municipal de
Fortanete, en la Rambla de Mal Burgo, mas tarde se infiltra y desaparece apareciendo de nuevo en este paraje de surgencias kársticas denominado Nacimiento del río Pitarque.
El Nacimiento
del río Pitarque fue declarado Monumento
Natural el 15 de diciembre de 2009.
Esta excursión la realizamos en marzo de 2013, después de un periodo de lluvias y nevadas bastante intensas.
Esta excursión la realizamos en marzo de 2013, después de un periodo de lluvias y nevadas bastante intensas.