Circular por las autovías, tanto en las de peaje como en las de libres, es rápido y más o menos seguro, aunque suele ser bastante monótono y aburrido, en la AP-7 esta monotonía puede ser mitigada, sin salir de la autovía, visitando dos monumentos Patrimonio de la Humanidad englobados dentro de los monumentos que componen el Conjunto arqueológico de Tarragona.
El primero de ellos lo encontramos en el kilómetro 236,5 dirección Barcelona → Tarragona, en la salida del área de servicio El Mèdol. En el extremo sur del área, pasada la gasolinera, se encuentran las indicaciones a este singular monumento, al cual se puede acceder en coche por un camino de tierra (700m.+-) delimitado con cipreses y vallas de madera que nos lleva hasta una explanada habilitada como aparcamiento en la que se encuentra la entrada al monumento y paneles informativos.
En nuestra visita (finales de mayo de 2014) la entrada era libre y gratuita. Según nos informaron en la estación de servicio estaba pendiente de inauguración, desconocemos si ya se ha producido y lo que este hecho pudiera influir en cuanto a horarios y precios.
A 05/05/2019, sigue siendo de acceso libre y gratuito.
El Mèdol, también conocido por El Clot del Mèdol, es una pedrera, una cantera romana que se utilizó para erigir los edificios más significativos de la antigua Ciudad romana de Tarraco, la actual Tarragona.
La visita se realiza por itinerarios señalizados, senderos de tierra y graba con tramos con bastante desnivel (mejor calzado de montaña), jalonados con cuerdas sujetas a estacas de madera y barandillas de troncos. Además hay unos miradores instalados en lugares estratégicos desde los que se pueden observar la explotación y algunos de los sillares desechados y a medio trabajar.
En el centro de la hoya, formada por la extracción, se encuentra una aguja de piedra no excavada de 16 metros de altura, conocida como la Agulla del Mèdol, marcador del nivel de las extracciones.
El tiempo estimado para recorrer los itinerarios señalizados es de dos horas.
En el entorno de la gasolinera han construido un centro de interpretación.
Existe otro acceso señalizado en la rotonda de entrada a Altafulla desde la N-340 y la A-7, que por una carretera en mal estado nos acerca en pocos metros al comienzo del sendero del acceso peatonal a la cantera.
La cantera romana El Mèdol es, por sus dimensiones y estado de conservación, la más espectacular de la decena que hay en la provincia de Tarragona.
El siguiente monumento lo encontramos avanzando unos kilómetros por la autopista, un poco antes de la salida 33, apenas pasado el kilómetro 246. Se trata del Acueducto Pont del Diable.
El lugar está bien señalizado como área de descanso, dispone de aparcamiento a pie de autopista, mirador, bancos, mesas y arboles. El acceso hasta el acueducto se realiza por una pasarela de madera en un primer tramo, que más tarde se convierte en sendero de tierra que nos acerca hasta el mismo monumento. El monumento es frecuentado por autobuses de viajes organizados.
El Pont del Diable de Tarragona, también conocido como acueducto de Les Ferreres, es un acueducto romano, construido para salvar el desnivel existente en el barranco de los Arcos y llevar agua desde el río Francolí hasta la antigua ciudad de Tarraco.
Construido en tiempos de emperador Augusto, en el siglo I, es uno de los acueductos romanos más monumentales y bien conservados de España y el más importante de Cataluña.
Dice la leyenda…
«…que el maestro constructor de obras estaba levantando el puente y una ráfaga de viento se lo llevo. Éste, desesperado, dijo que solo el Diablo podría construir un puente que durara mil años. Así, se le apareció Satanás que garantizo que aquella misma noche construiría un puente. A cambio, el Diablo pidió el alma del primero que bebiera el agua que pasara por el puente. El primero que lo hizo fue un asno, y es de éste que el Diablo se quedó el alma » (Texto transcrito del panel informativo sito en el mismo monumento).
«…que el maestro constructor de obras estaba levantando el puente y una ráfaga de viento se lo llevo. Éste, desesperado, dijo que solo el Diablo podría construir un puente que durara mil años. Así, se le apareció Satanás que garantizo que aquella misma noche construiría un puente. A cambio, el Diablo pidió el alma del primero que bebiera el agua que pasara por el puente. El primero que lo hizo fue un asno, y es de éste que el Diablo se quedó el alma » (Texto transcrito del panel informativo sito en el mismo monumento).
Existe otro acceso al acueducto romano desde la N-240, la carretera de Lleida, a pocos metros tras atravesar por debajo la AP-7, está señalizado, dispone de aparcamiento, paneles informativos y un bar-restaurante con terraza rodeado de pinos mediterráneos antigua casa del guarda del bosque del Parque del Pont del Diable de Tarragona.