jueves, 21 de enero de 2016

Girona, Cataluña




Girona, capital de la provincia con el mismo nombre, una de las ciudades más bellas de Cataluña. Surcada por los ríos Ter, Onyar y Galligants.






Cualquiera de los puentes que cruzan el río Onyar, uniendo el Barri Vell y el Mercadal, son buenos puntos de inicio para comenzar la visita a la ciudad, entre ellos destacaríamos dos, el Pont de Pedra, por ser el más meridional y el que mejores perspectivas ofrece, y el Pont de les Peixateries Velles, diseñado y construido por Gustave Eiffel diez años antes de construir la Torre Eiffel de París.





La imagen más típica y bella de Girona, es la que nos ofrecen las casas pintadas en luminosos colores; ocres, marrones, sienas y azules, que se asoman al río Onyar. Construidas para reemplazar algunos trozos de muralla destruidos en la llamada “guerra del Francés”, y que se han convertido, junto a las torres de Catedral y de la basílica de Sant Feliu que asoman tras ellas, en el símbolo de la Ciudad de Girona.








Nada parecido es lo que nos espera tras ellas, las callejas oscuras del Call, el barrio judío de Girona, uno de los mejor conservados de Europa, calles estrechas y sinuosas, escaleras, arcos y callejuelas en las que no entra el sol. 
No dejéis de visitar el museo judío, ubicado en el mismo espacio que ocupaba la última sinagoga de la ciudad, en el que se recoge la historia de las comunidades sefardíes de la Cataluña medieval.




El casco antiguo es una verdadera joya arquitectónica, se extiende desde la derecha del río Onyar, hasta las murallas, cuyo origen se remonta a época romana y a las cuales se puede acceder al paseo de ronda, mirador excepcional sobre la ciudad. 









El paseo de ronda va a desembocar, por el Portal de Sant Cristófol, a la plaza de la catedral y a su espectacular escalera de 90 peldaños. La catedral, es de una mezcla de estilos que le confieren un carácter peculiar.




Uno de los edificios civiles más interesantes del románico catalán, son los Baños Árabes de Girona. Construidos en 1194 con una estructura que imitaba la distribución de los baños musulmanes, tan de moda por aquel entonces.





La colegiata de Sant Feliu, de estilo gótico, es la iglesia más antigua de la ciudad. Este templo fue el lugar donde se alistaron los voluntarios de la llamada “cruzada gerundense” durante el segundo sitio de la ciudad.










En el monasterio Sant Pere de Galligants, joya del románico catalán, situado junto al río Galligants, fuera de las murallas de la ciudad, está instalado el Museo de Arqueología de Cataluña, desde la prehistoria hasta la época medieval. Un magnifico conjunto tanto por el contenido como por el continente.









No podemos irnos de Girona sin dar un garbeo por la Rambla de la Llibertat o sentarnos en alguna terraza del la Plaza de la Independencia, en la que se encuentra el monumento a los defensores de Girona. 







La Plaça de Vi, donde está el ayuntamiento. El Carrer dels Ciutadans, bordeado de casonas señoriales. La Plaça de l´Oli, corazón de la ciudad vieja. La Pujada de Sant Domènec y las escaleras que preceden a la iglesia de Sant Martí de Sacosta, son rincones medievales de una belleza excepcional donde el tiempo parece haberse detenido y que no hay que perderse en una visita a la ciudad de Girona por breve que esta sea.







               
Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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domingo, 10 de enero de 2016

La Catedral del Mar, Barcelona



La literatura ha hecho más famosa si cabe, la Basílica menor de Santa María del Mar. Rodeada de callejuelas y de historia, nos transporta a una época en la que la que el esfuerzo y tesón de la población más humilde unida, levanto esta maravillosa obra.





Rodeada de antiguas callejuelas y presidida por el Paseo del Born se encuentra la basílica de Santa Maria del Mar. Magnifica construcción gótica de Barcelona. El documento mas antiguo que habla de esta construcción data del año 998, pero el templo actual no se comenzó hasta el año 1329 y su construcción se prolongo durante más de medio siglo. En 1428 un terremoto sacudió la ciudad y Santa Maria del Mar sintió sus efectos, cayo un rosetón e inmediatamente se construyo otro, pero al gusto de la época, de estilo gótico flamígero, finalizando su construcción en 1460.






Su aspecto exterior es sobrio robusto y podemos destacar dos torres de 42 metros de altura y magnificas vidrieras. El interior de la iglesia es de una belleza increíble y tiene unas condiciones acústicas que hacen del templo un magnifico espacio en el que deleitarse oyendo música. Se pueden escuchar entre sus muros conciertos de música clásica, jazz e incluso música oriental, hay toda una programación que podéis consultar en internet. Muy destacable son sus vidrieras, si tenéis la suerte de visitarla cuando el sol entra a través de ellas, veréis la fantástica luz de colores en su interior, convirtiendo el espacio en una zona casi mágica.






Santa Maria el Mar era el templo de la gente trabajadora del barrio de la ribera, la gente acaudalada acudía a la Catedral, cuya construcción era sufragada por la gente pudiente de la ciudad. Santa Maria del Mar estaba dedicada a la patrona de los marineros y se construyo en el mismo emplazamiento en que anteriormente estaba la capilla de La Virgen de las Arenas. Fue construida íntegramente con el esfuerzo físico y económico de los feligreses más humildes del barrio del puerto y la Barceloneta, es muestra del tesón y del esfuerzo de sus gentes. La belleza de esta construcción ha llegado a nuestros días dando muestra de la mejor representación del gótico catalán.




 

Inspirado por esta magnifica iglesia, Ildefonso Falcones, con su famosa novela, La Catedral del Mar, nos transporta a la Barcelona del siglo XIV y nos narra, de la mano de la gente humilde del barrio costero, la historia de su construcción, hasta transportarnos a una Barcelona prospera y con grandes desigualdades sociales. También es mencionada en la novela El juego del Ángel, de Carlos Ruiz Zafón. Estas dos novelas han hecho que, La basílica de Santa Maria de Mar, sea uno de los lugares turísticos mas visitados de Barcelona. No os la perdáis si visitáis Barcelona.

                                                                                                                                                                                                                Autor: Eugen

   
Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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sábado, 12 de diciembre de 2015

Vía Verde Ruta del Carrilet, Girona




Nos gusto tanto la experiencia en la Vía Verde del Cami de Ferro i el Carbó en bicicleta eléctrica, que antes de marcharnos de Girona pensamos en recorrer un tramo de la emblemática Vía Verde Ruta del Carrilet. Así pues, nos pusimos manos a la obra en busca de un punto de alquiler cercano a la misma.
Encontramos, en el pueblo de Vilanna (Bescanó), el restaurante Can Rajolet, establecimiento que dispone de “Bike Area”, alquiler de Burricletas , además de ser punto de información de Vías Verdes y contar con el distintivo de Bed&Bike*. 







El Carrilet fue un modesto ferrocarril de vía estrecha, principal vía de comunicación hasta los años sesenta de las comarcas de La Garrotxa, La Selva y el Gironés. El Carrilet unía las poblaciones de Girona y Olot, un recorrido de 54 Km. junto a los volcanes de La Garrotxa, de exuberante vegetación, y a orillas de los ríos Ter, Bruguent y Fluvià. 






Para comenzar la Ruta del Carrilet nos dirigimos al citado restaurante, situado en la carretera que va de Girona a Anglès, la N-141e, justo frente del restaurante está la Vía Verde y hay un amplio aparcamiento de tierra. Tras alquilar las Burricletas emprendemos la ruta dirección Anglès.












Tras un primer tramo más o menos rectilíneo que transcurre paralelo a la carretera, cruzamos la misma y atravesamos el núcleo urbano de Anglès, sin ninguna dificultad, ya que en todo momento hay indicaciones en buen estado.







Campos de cultivo, choperas y zonas residenciales se van alternando, como el firme, que va de la tierra compactada a las aceras y al asfalto en los tramos que la Ruta del Carrilet transcurre por carretera.














Tras pasar el puente del río Ter, en el término de Amer, donde el trazado de la antigua vía se ha perdido, se nos ofrecen dos alternativas de ruta; seguir por la carretera C-63, con una pendiente máxima del 2% o por un camino, algo más corto, pero con una pendiente de subida del 14% y del 7% de bajada. Nosotros a pesar de llevar una e.bike optamos por la carretera, animados especialmente por el poco tráfico que circulaba en esos momentos.






Ya en el trazado original del Carrilet, comienza el tramo más agradable; trincheras, puentes y mucha vegetación.










En la estación de Amer han recuperado sus edificios para usos municipales, oficina de turismo, etc., y los exteriores para juegos infantiles, cancha de baloncesto, mesas de picnic y otros equipamientos.





Continuamos nuestro recorrido disfrutando de lo lindo hasta la Área de Picnic “La Parada del Jonquer”, en el termino de Les Planes d´Hostoles, una área recreativa y de descanso dotada con mesas, bancos, fuente, columpios y WC.










Ésta área fue el punto final de nuestro recorrido de ida, que, a pesar de ser en subida continua, no se nos hizo nada pesado, sin duda gracias a las bicicletas eléctricas que alquilamos. 









El regreso lo realizamos por el mismo trayecto a la inversa, incluido el desvío por la C-63. 









*El distintivo Bed&Bike es una garantía de calidad dirigida especialmente a cicloturistas. Certifica que el establecimiento que lo consigue —sobre todo alojamientos y restaurantes— ofrece servicios adecuados expresamente pensados para los que realizan turismo en bicicleta: pernoctación de una sola noche, espacios para guardar y lavar las bicicletas y para lavar y secar el equipo, lotes de reparación, menús equilibrados para ciclistas e información útil para el cicloturista, entre otros. 










Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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martes, 1 de diciembre de 2015

Ruta del Mimbre



Situados al norte de la provincia de Cuenca, entre la Alcarraria y la Serranía, se encuentran una serie de pueblos con algo en común, el Mimbre, un cultivo que en otoño tiñe de rojo los campos.






El mimbre es un arbusto de la familia del sauce, una variedad muy flexible que necesita mucha agua y aguanta fuertes heladas. Condiciones que se dan en estas tierras conquenses regadas por los río Escabas y Trabaque.









La Ruta del Mimbre engloba una serie de pueblos en los que se cultivaba antiguamente el mimbre, motor de la economía de la zona entre los años 40 y 60. Beteta, Vadillos, Cañizares, Fuertescusa, Cañamares, Priego, Villaconejos de Trabaque y Albalate de las Nogueras. 












Cañamares es, de entre todos ellos, el pueblo donde más extensión de mimbre plantado hay, teniendo el mimbre como monocultivo, siendo el productor del 80% del mimbre español y el de mayor calidad. Plantaciones que van del verde del verano, al ocre y rojo del otoño.






A finales de noviembre, dependiendo de las temperaturas, comienza la recolección del mimbre, que se puede alargar hasta abril, mientras la savia de la planta repose. Las ramas se cortan a ras de suelo para que en la próxima primavera vuelvan a brotar. Una planta de mimbre puede vivir hasta los 100 años.






Las varas de mimbre, una vez cortadas, se van engavillando para luego amontonar en Chompos o Carboneras, formando cabañas que evitan que se mojen las varillas interiores.




Se clasifica por tallas y tras varios procesos, diferentes en cada caso, se obtienen las distintas variedades de mimbre; blanco, seco y buff, mimbre cocido.


“Quien hace un cesto hace ciento, si le dan mimbres y tiempo”







Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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lunes, 30 de noviembre de 2015

Los Hocinos, Martín del Río, Comarca de las Cuencas Mineras, Teruel



La provincia de Teruel no deja de sorprendernos, cuando creemos que ya la conocemos a fondo, descubrimos algo nuevo. En esta ocasión en la Comarca de las Cuencas Mineras, entre las localidades de Las Parras de Martín y Martín del Río, el río Las Parras ha labrado, a lo largo de los tiempos, un desfiladero en el que se suceden las hoces. El paraje es conocido como Los Hocinos, en él se encuentran dos saltos de agua de especial belleza, el del Pajazo y el de la Cueva de las Palomas.








Comenzamos la excursión desde la cola del embalse de las Parras, para ello tomamos una pista, en buen estado, a las afueras de Martín del Río que parte desde la N-211 y que se dirige hacia la presa (2 km+-). Una vez en el muro de la presa continuamos recto, por el margen derecho, hasta el final de la pista, donde dejamos el coche (2 km+-). Desde allí hasta la cascada del Pajazo apenas hay 15 minutos de agradable paseo por senda. La cascada del Pajazo es una caída de agua de 14 metros.















El sendero, señalizado como GR-262,  con marcas rojas y blancas, continúa aguas arriba, siguiendo el curso del río, alejándonos en ocasiones y en otras pasando sobre él: pasarelas, puentes o simples piedras nos ayudan a recorrer el trayecto.






Llegados a un punto el sendero de divide en dos, por un lado se dirige a población de Las Parras de Martín (2,1 km) y por el otro, el que nosotros tomamos, hasta la Cueva de las Palomas (0,3 km). Una preciosa caída de agua situada dentro de una cueva a la que solo se puede acceder mojándose, pero que, gracias a las pasarelas, podemos admirar desde cierta distancia.










Desde la cascada del Pajazo hasta la de las Palomas apenas hay 20 minutos caminando tranquilamente.





El regreso lo realizamos por el mismo trayecto a la inversa.

Teruel es realmente sorprendente.


Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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