En un frondoso y escondido rincón de la Selva de Irati, en el valle de Aezkoa, a 5 kilómetros de la frontera con Francia y a algo menos del centro urbano de Orbaitzeta, se encuentran los restos de lo que fue la Real Fábrica de Municiones de Orbaitzeta.
Edificada en el siglo XVIII por orden de Carlos III, La Fábrica, hoy en ruinas, constaba de casa, palacio, iglesia y hornos de fundición.
El enclave fue elegido por la riqueza maderera la zona, la presencia de minas de hierro y cursos de agua propicios para la explotación.
Lo que hoy podemos contemplar es una importante muestra de arqueología industrial engullida por la vegetación, de acceso libre y gratuito, en la que hay que extremar las precauciones, sobre todo si se accede a la parte baja de la fábrica, en especial a la zona denominada la Arcada, la imagen más representativa de la Ruinas de Fábrica, una sucesión de arcos de piedra suspendidos sobre el río Legartza, de difícil acceso, húmedo, pedregoso y cubierto de musgos.
En Orbaitzeta se fabricaron bombas de hierro colado, granadas y municion de distinto calibre. En los últimos años de funcionamiento, debido a la falta de medios, se elaboraron lingotes de hierro que eran refundidos posteriormente en las fábricas de Oviedo y Trubia.
En Orbaitzeta se fabricaron bombas de hierro colado, granadas y municion de distinto calibre. En los últimos años de funcionamiento, debido a la falta de medios, se elaboraron lingotes de hierro que eran refundidos posteriormente en las fábricas de Oviedo y Trubia.