Mostrando entradas con la etiqueta Vías Verdes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Vías Verdes. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de junio de 2012

Albentosa y sus Puentes. Comarca Gúdar Javalambre-Teruel




«La situación de Albentosa es extraordinaria sobre un peñasco, al cual es muy trabajoso llegar por la malísima cuesta, que es preciso bajar antes de entrar en el Pueblo hasta la profundidad de un riachuelo que pasa por allí, con el cual riegan porción de huertas en una angosta vega, que se atraviesa por puente »


Con estas palabras describía Antonio Ponz, en 1788 en su obra «Viajes de España», el acceso a Albentosa. Con el paso de los años esto fue cambiando y adaptándose a los nuevos tiempos.

Albentosa está situada a 960 metros de altitud. Durante siglos ha sido un importante nudo de comunicaciones. Sus calles eran atravesadas por el Camino Real de Teruel a Valencia -por expreso deseo de Fernando El Católico- del que partían dos caminos más; el que unía Levante con la Sierra de Gúdar, por el puente de la Fonseca, y el que se adentraba en la Sierra de Javalambre, atravesando la villa de Manzanera.





En el siglo XIX, con la llegada del ferrocarril, se construyo el primero de los viaductos de espectaculares dimensiones, construido para salvar el foso natural del valle del río Albentosa. Años más tarde se tendía una segunda vía férrea que unía la mina de Ojos Negros, en Teruel, con la siderurgia del puerto de Sagunto - en la actualidad acondicionada como Vía Verde- construyéndose un nuevo y espectacular viaducto.






Con el paso de los años se construyeron dos viaductos más para salvar el mismo valle, el de la carretera N-234 y el de la autovía mudéjar A-23. 
La construcción de la nacional le quito protagonismo al pueblo de Albentosa, cediéndoselo a la Venta del Aire, en la que el viajero encontraba, y encuentra, un lugar en que descansar, comer o darse un capricho en el Hotel-Restaurante los Maños, con tienda de productos de Aragón incluida. Repostar en la gasolinera o darse un garbeo por algún secadero de jamones. Posteriormente con la construcción de la autovía son muchos los que pasan de largo, y muchos otros los que se desvían a sabiendas de lo que allí van a encontrar.






El viajero que transita por la autovía, desde su viaducto, puede ver, de un vistazo, toda esta sucesión de viaductos de dimensiones espectaculares que, añadidos al primitivo puente, dotan al paisaje de un encanto especial y nos hace darnos cuenta de lo afortunados que somos, cuando en el Medievo se tardaban dos días en llegar a Valencia, a día de hoy de Albentosa a la capital de Turia se puede llegar en tan solo una hora.

Añadir que Albentosa, por su privilegiada situación, está considerada la capital del jamón de la provincia de Teruel.

                                        

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
Si te ha gustado no olvides compartirlo en tus redes sociales                   
                                                                                                                                                               

sábado, 28 de abril de 2012

Baix Ebre, Tortosa

Un viaje rodando que nos salió... redondo

    Pedaleando por tierras del Ebro

Hace unos años la tarjeta de crédito que mora en mi cartera me daba unos puntos por usarla, los cuales fui acumulando sin darles ningún uso, hasta que un buen día me llego un aviso de mi entidad bancaria en el que me comunicaban que se acababa el programa de puntos y que debía gastarlos o me los trasformaban en puntos Travel Club, así pues me interese por el tema, entre en la página web de la entidad y cuál fue mi sorpresa que en el apartado “Acuerdos con otras Empresas” se encontraba Paradores ¡¡PODÍA TRANSFORMAR MIS PUNTOS!!! No me lo pensé dos veces, cambie todos los puntos que me había dado la visa por puntos amigos….¡¡Y yo sin enterarme!! Lástima, hubiera pagado como siempre y disfrutando como nunca.
Después de hacer el canje y para no perder comba, me dispuse a hacer una nueva reserva.


Por varias razones nos gusta el parador de Tortosa, sabía que se iba a reformar y quería despedirme de él, tampoco quería ir demasiado lejos, así que reserve una habitación con dosel, a mitad de puntos y con puntos caídos del cielo….¡¿Se puede pedir más?!
Llegamos al parador por la tarde, descargamos nuestros bártulos en la habitación, la cual disponía también de salón con un ventanal con vistas al Ebro y en la parte del dormitorio el típico balcón de madera, algo que creo iban a eliminar en esa próxima reforma.




Después de deshacer el equipaje nos tomamos nuestra copa de bienvenida, luego nos dimos un paseo por los alrededores del parador, en concreto por el llamado “Passeig de les Fortificasions” o lo que es lo mismo, Paseo de las Fortificaciones, un paseo que sorprende por lo extenso y por las vistas.


Ya habíamos estado en otras ocasiones en Tortosa, por lo que la Catedral, los Jardines del Príncipe, los Reales Colegios, el Centro de Interpretación del Renacimiento y otras muchas cosas ya las conocíamos.
Cenamos prontito y junto a uno de los ventanales góticos del comedor, después, un paseo por el exterior del Castillo de la Zuda para ver los jardines, la torre del homenaje, la ciudad iluminada y el Ebro, el inmenso Ebro.


Al día siguiente después del desayuno salimos del parador en dirección a Gandesa, tras pasar Xerta y antes de llegar al kilómetro 32 de la C-12, hay una área de descanso con un mirador sobre el Ebro con vistas al famoso Azud de Xerta.




Aparcamos allí nuestro coche, pusimos apunto nuestras bicis y comenzamos a pedalear por la Vía Verde de la Val del Baix Ebre, la vía va en un principio paralela al Ebro, para después seguir Río Canaletes arriba, no recuerdo exactamente en qué punto se convierte en Vía Verde de la Terra Alta, creo que en la estación de Pinell de Brai.

                   
Lo más impresionante de esta ruta, además de los preciosos paisajes, son los viaductos y los túneles, muchos y muy largos, y oscuros, muy oscuros, alguno de más de 1km. en la mayoría la oscuridad no es total, pero hay uno -que me impresiono especialmente- que además de largo es en curva, por lo que no se ve luz al final del túnel, lo suyo seria que estuvieran iluminados, pero ya sabéis, los vándalos arrasan con todo, nosotros llevamos muchas luces, incluso un frontal cada uno, pero aun así no ves mas allá de tus narices.






La ruta la finalizamos en la Fontcalda, que como su nombre indica en un nacimiento de agua caliente. En el paraje también hay un Santuario.




Después de darnos un baño y hacer nuestro personal control de avituallamiento, emprendimos el regreso exactamente por el mismo trayecto por el que habíamos ido, pero…. todo cuesta abajo, una verdadera gozada, en total unos 52 km.










Llegamos al parador de nuevo y como era un mes de junio, las horas de sol eran muchas, por lo que acabamos la tarde disfrutando del relax que ofrece su piscina.

En otra ocasión y partiendo desde este mismo parador hicimos una excursión por el Delta del Ebro, una zona que está llena de rutas señalizadas muy recomendables.





Paradores, Vías Verdes, Caminos Naturales y bicicleta, para mí una buena combinación de turismo activo.


               

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
Si te ha gustado no olvides compartirlo en tus redes sociales                   
                                              
                                              

Vía Verde del Irati