«La situación de Albentosa es extraordinaria sobre un peñasco, al cual es muy trabajoso llegar por la malísima cuesta, que es preciso bajar antes de entrar en el Pueblo hasta la profundidad de un riachuelo que pasa por allí, con el cual riegan porción de huertas en una angosta vega, que se atraviesa por puente »
Con estas palabras describía Antonio Ponz, en 1788 en su obra «Viajes de España», el acceso a Albentosa. Con el paso de los años esto fue cambiando y adaptándose a los nuevos tiempos.
Albentosa está situada a 960 metros de altitud. Durante siglos ha sido un importante nudo de comunicaciones. Sus calles eran atravesadas por el Camino Real de Teruel a Valencia -por expreso deseo de Fernando El Católico- del que partían dos caminos más; el que unía Levante con la Sierra de Gúdar, por el puente de la Fonseca, y el que se adentraba en la Sierra de Javalambre, atravesando la villa de Manzanera.
En el siglo XIX, con la llegada del ferrocarril, se construyo el primero de los viaductos de espectaculares dimensiones, construido para salvar el foso natural del valle del río Albentosa. Años más tarde se tendía una segunda vía férrea que unía la mina de Ojos Negros, en Teruel, con la siderurgia del puerto de Sagunto - en la actualidad acondicionada como Vía Verde- construyéndose un nuevo y espectacular viaducto.
Con el paso de los años se construyeron dos viaductos más para salvar el mismo valle, el de la carretera N-234 y el de la autovía mudéjar A-23.
La construcción de la nacional le quito protagonismo al pueblo de Albentosa, cediéndoselo a la Venta del Aire, en la que el viajero encontraba, y encuentra, un lugar en que descansar, comer o darse un capricho en el Hotel-Restaurante los Maños, con tienda de productos de Aragón incluida. Repostar en la gasolinera o darse un garbeo por algún secadero de jamones. Posteriormente con la construcción de la autovía son muchos los que pasan de largo, y muchos otros los que se desvían a sabiendas de lo que allí van a encontrar.
El viajero que transita por la autovía, desde su viaducto, puede ver, de un vistazo, toda esta sucesión de viaductos de dimensiones espectaculares que, añadidos al primitivo puente, dotan al paisaje de un encanto especial y nos hace darnos cuenta de lo afortunados que somos, cuando en el Medievo se tardaban dos días en llegar a Valencia, a día de hoy de Albentosa a la capital de Turia se puede llegar en tan solo una hora.
Añadir que Albentosa, por su privilegiada situación, está considerada la capital del jamón de la provincia de Teruel.