miércoles, 11 de octubre de 2017

Orbaneja del Castillo y el Mirador del Cañón del Ebro



AUTOR: J.L.V.A. 

El Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón es una preciosa zona situada al noroeste de Burgos, vecina a la comarca de las Merindades, muy próxima a Cantabria y que tenía pendiente de visitar.
En un viaje anterior de Madrid a Santander había aprovechado el recorrido de ida y vuelta para conocer lugares intermedios de gran interés turístico tales como Frías, Tobera, el túnel natural de Puentedey, la gruta de Ojo Guareña, el salto del Nervión y la cascada del Peñón de Pedrosa de Tobalina. Por un fallo del GPS se me quedó atrás Orbaneja del Castillo y el cañón del Ebro, razón por la cual he tenido que realizar otra excursión posterior ex-profeso desde Madrid.






Madrugando mucho a fin de que me cundiera el día, estaba ya temprano en la zona, desayunando en Covanera, en el valle del Rudrón donde me hice una pequeña ruta matinal al Pozo Azul de Covanera que es una surgencia acuífera, referente importante para los aficionados al buceo y la espeleología pero que para mí solo representa una bonita “charca”, nacimiento de un arroyo y con llamativas tonalidades turquesa. El camino, levemente ascendente, son poco más de 10 minutos de ida y menos de vuelta. Esta perfectamente indicado y arranca en el centro del pueblo junto a la parada del autobús. El único y pronunciado giro del corto camino está marcado por una gran roca vertical de nombre el Perentón.




Siguiendo dirección a Santander, algo más adelante nos encontramos el desvío a Orbaneja del "Castillo". Son 5 km de carretera estrecha pero sin riesgo y bien pavimentada que te adentran por un valle flanqueado por crestas de caliza kárstica que semejan almenas y de ahí el nombre del pueblo, porque realmente no hay ningún castillo, ni falta que le hace.





Toda la zona responde a una belleza natural de bosques y desfiladeros donde la paz y el silencio dominan el ambiente, roto solamente por el sonido de las aguas de los numerosos y alegres arroyos.

La carretera llega a la parte baja del pueblo donde dispone de varias zonas habilitadas para parking porque la entrada al mismo en coche está reservada para los vecinos del lugar. Y además lo típico es subir la empinada escalera que nos lleva al centro del pueblo mientras observamos atónitos la maravilla de cascadas que podemos tocar con la mano mientras nos inunda con su vapor de agua y nos cautiva el alma probablemente para toda la vida.







Ya sé que es un tópico pero es que resulta indescriptible con palabras. La caída comienza con una ruptura abrupta desde la cueva del agua en forma de cola de caballo y luego se abre en otras varias mas anchas y de menor altura, coexistiendo el agua con el verde de la naturaleza que crece entre las rocas lo que le da un aspecto paradisíaco, para finalizar en varias pozas escalonadas, imagino que susceptibles del baño en verano. Pues eso, indescriptible… aunque yo lo he intentado. Cuando lo veáis me entenderéis.






En fin de semana resulta imposible hacer una foto panorámica sin que aparezca a su vez otra persona también haciendo fotos. Lo positivo es que al aparecer alguien podemos tener una referencia para valorar lo grandioso del espectáculo. Es curioso que sus varias cascadas pertenecen a un arroyo con un breve recorrido de menos de 100 metros que desemboca en el Ebro, que pasa justo al lado.



Pero Orbaneja no solo es su cascada. El pueblo se encuentra rodeado por los farallones que flanquean el río. Creo que resulta obvio que todo el pueblo es una cuesta continua. De hecho siguiendo la calle “de la Cuesta” unos 100 metros al salirnos del pueblo nos aparece a la izquierda un sendero más ascendente aún al que dediqué 15 minutos y que al situarse a media altura de la pared vertical nos permite tener una visión más amplia del valle, con el pueblo hundido en el fondo y enfrentados a la pared del otro lado. En este punto cabe fijarse en la cresta de enfrente donde hay una zona que asemeja a dos camellos besándose, con la silueta de Africa como hueco entre ellos. Las zonas planas que culminan las paredes verticales a ambos lados del desfiladero se llaman páramos (de ahí el nombre de comarca de Páramos), a los que me hubiera gustado llegar. Y en toda la zona abundan las rapaces, pudiendo identificar una colonia de buitre leonado.








Está claro que toda la zona vive del turismo, aunque en mi opinión podrían hacerlo mejor sobre todo en limpieza y en información al turista. La zona es difícil para personas con movilidad reducida. Hay unos 5 o 6 restaurantes, todos cerrados en laborable a las 12 del mediodía (abierto solo un bar que no era restaurante). El precio de los menús expuestos oscila entre los 15-20 euros. 

Y lógicamente hay numerosas rutas de diferente longitud y dificultad.




Orbaneja del Castillo probablemente sea el pueblo más bonito de España de los vistos por mí hasta ahora, que no son pocos, pero claro, depende de lo que vaya buscando cada cual y cómo lo valore.





Tras retornar a la carretera principal, seguimos dirección Santander durante unos 3 km hasta llegar al desvío a Pesquera que queda a unos 6 km pero unos 2 km antes de llegar al pueblo tenemos nuestro objetivo que es un magnífico mirador balconado sobre el cañón del Ebro, suspendido en el vacío a más de 100 metros de altura, no apto para los que sufran de vértigo. Estaban arreglando y ampliando la zona de parking así como el caminito de 50 m de acceso al mirador. Para valorar su grandeza solo hay que observar la foto. Ya sabéis que las fotos siempre achican… pues eso, sin palabras.







El regreso supuso la parte urbanita de la excursión. Lo hice por Palencia, que no conocía, dedicando un par de horas para recorrer su centro y su porticada calle Mayor Principal (y “picar” algo) y luego por Valladolid, otro par de horas, para pasear por su Plaza Mayor. Finalmente ya en la A6 y enfilando Madrid, paré a cenar en Medina del Campo.

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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lunes, 18 de septiembre de 2017

Alicante con sabor




Muchas veces hemos visitado Alicante por diferentes motivos, pero nunca nos habíamos marchado con tan buen sabor de boca como en esta ocasión.








En nuestra reciente visita a la ciudad de Alicante con motivo de asistir al #FocusOnInfluencers invitados por Trablin, organizadores del evento. Teníamos entre las actividades ofrecidas a Bloggers e Influencers la posibilidad de realizar una Ruta Gastronómica por la ciudad -Gourmet Walking Tour- con la empresa Alicante Smart Destination, en la que ademas de recorrer el centro de Alicante contándonos hechos históricos y curiosidades de la ciudad, de edificios, calles y plazas por las que transcurre la ruta, se ofrece diferentes degustaciones de productos alicantinos, valencianos y españoles: Vinos, aceites, jamones, turrones, frutas...con un denominador común, la calidad.






Tras acudir al punto de encuentro a la hora fijada, las presentaciones de rigor, esperar a algún rezagadillo (incluso a los que nunca aparecieron) y la explicación del recorrido. Comenzamos la ruta frente al Nº 1 de la Explanada de España, uno de los lugares más concurridos de Alicante sea la hora que sea, la Explanada es el paseo de Alicante por excelencia y la imagen que tenemos todos, o casi todos, de la ciudad, un paseo jalonado de palmeras con el suelo cubierto de millones de teselas de mosaico formando olas con los tres colores de la ciudad, en el que abundan las terrazas, comercios y puestos de todo tipo.






La primera parada se realiza en una heladería, con un nombre que a todos nos recuerda la navidad, AntiuXixona, en la que degustamos una de las bebidas más valencianas que existe, La Horchata, acompañada de un pedacito de Coca de Almendras, un bizcocho elaborado con almendras marcona (la más cara y apreciada del mundo) y aceite de almendras entre otros ingredientes. La Horchata (Orxata en valenciano) es una bebida blanca que se elabora extrayendo el jugo de las chufas, un tubérculo muy pequeño que tras tenerlo unas horas en remojo se tritura con agua, se filtra, se le añade azúcar y se dejar refrigerar unas horas, debiéndose consumir muy muy fría. Los dos productos deliciosos.





La ruta continua camino de la Casa Consistorial, un edificio barroco imponente construido en el siglo XVIII, en el que se encuentra la cota 0 de España, tomándose como punto exacto el primer peldaño de la escalera del ayuntamiento. Se encuentra situado entre la Plaza del Ayuntamiento y la Plaza de la Santísima Faz. Plaza desde la que se sale en peregrinación hacia el Monasterio de la Santa Faz, a 5 km. de Alicante. La ruta continua y se acerca hasta los restos de la antigua muralla, Alicante tuvo varios cinturones de murallas y varias puertas de acceso, de las que han llegado hasta nuestros días solo los nombres convertidos en la Plaza de la Puerta del Mar, la Plaza de la Puerta de Elche...








La siguiente parada gastronómica se realiza junto al mercado central de Alicante, un edificio modernista de ladrillo visto con algunos toques de cerámica y piedra, testigo de uno de los episodios bélicos más sangrientos de la Guerra Civil, y en cuyo interior se encuentra el reloj que se quedo parado a la hora exacta que ocurrieron los hechos. El 25 de mayo 1938 el mercado fue bombardeado desde el aire y en el perdieron la vida más de 300 personas. En la entrada hay un monumento conmemorativo. A día de hoy el mercado es un lugar lleno de vida y de color.





Salazones del Mar Menor, nos deleita con una degustación de loncheados de Mojama y Hueva de Maruca, cuyo sabor gusta o disgusta, conclusión a la que llegamos con las diferentes reacciones entre los participantes de la ruta. 





Continuamos y nos adentramos en el mercado, súper animado un sábado a las 12 del mediodía. Ahora es el turno de Ibéricos Victor, en esta parada conoceremos las diferencias entre las 4 variedades de jamón ibérico que existen con denominación de origen, basadas en la alimentación del animal y clasificadas con los colores: blanco, verde, rojo y negro, siendo este último el de calidad suprema, elaborado con patas de cerdos alimentados unicamente con bellotas y que viven en semi-libertad por la dehesa extremeña. Su grasa es de alto valor oléico (la buena) y su sabor inigualable, probamos las cuatro variedades y aunque realmente estaban todas buenas, hay que reconocer que el etiqueta negra es sublime.




Continuamos por el mercado central y la parada es ahora en un puesto de embutidos de la región, Carnes Esteve, en el que nos deleitan con unas rodajas de chorizo, de longaniza de pascua, o salchichas como las llamaba Sara, nuestra guía, y de morcilla extremadamente picante para los componentes del tour, excepto para uno de ellos que acabo con el resto del plato.





Bajamos ahora a la planta inferior del mercado en la que se encuentran los puestos de frutas y verduras, el color de las hortalizas de las huertas y las frutas de todo tipo se adueñan del espacio, colocadas en pirámide, en hileras o al tuntún, de todas formas quedan preciosas. Un plato de frutas frescas variadas, acabadas de cortar y a esas horas de la mañana, entran de maravilla; melón, dátiles, uvas, sandia, mandarina… frutas que van cambiando según la temporada.








Salimos del mercado y en uno de los quioscos de la entrada principal se encuentra E. Candela Espí, la cuarta generación de artesanos en turrones y dulces nos deleita con dos de las variedades de turrón más conocidas y apreciadas, Jijona y Alicante, conocidos coloquialmente como el blando y el duro, elaborados con almendra marcona de la zona.









La ruta continua ¿Creías que con la fruta y el turrón habíamos llegado a los postres? pues no. Caminando unos 300 m. llegamos a La Crème, una panadería- pastelería situada en un chaflan mirando hacia el teatro principal, en la que nos espera la degustación de dos de las cocas típicas de Alicante, La Coca de Tonyina, típica en las fiestas de las Hogueras de San Juan. Una coca cerrada tipo empanada rellena de cebolla frita, piñones y tonyina, la tonyina de sorra es la ventresca del atún en salazón y aceite. La otra, La Coca de Molletes (mollitas/migitas), es una coca abierta, la masa de la base es una mezcla de harina, aceite y cerveza, cubierta con una pasta harinosa y salada que se elabora con harina, aceite y sal y que se queda pegada en el paladar como los polvorones de navidad. También incluyeron unos croasants en miniatura en la degustación que contrastaban con el salado de las cocas. De allí mismo nuestra guía se llevo una barra de pan que serviría para la siguiente degustación.











La Chinata es una Oleoteca, una tienda de aceite y sus derivados, el oro liquido que se extrae de las aceitunas. En ella nos ofrecieron una cata de cuatro aceites de oliva virgen extra, de primera prensada, dos de ellos aromatizados, uno con laurel y otro con pimienta roja, estaban todos de toma pan y moja, y es lo que hicimos hasta terminar con el pan.







La ruta ahora si va tocando a su fin, pero no sin antes catar los vinos de Alicante, blanco primero, tinto después, en Vinart nos mostraron algunas botellas de colección, ediciones numeradas, novedades del mercado y vinos con mucha historia, como el Fondillón, un vino dulce elaborado con uva monastrell muy apreciado en siglos pasados que desapareció y volvió a resurgir, como la propia ciudad.







El Gourmet Walking Tour es una propuesta diferente para conocer la ciudad de Alicante, de una forma amena y divertida, de entremezclarse con sus gentes, de enterarse de sus costumbres, de su pasado y de su presente, llevándose un buen sabor de boca.

Tiene una duración aproximada de dos horas y media, y un precio de 25€ para adultos y 10€ para niños de 4 a 12 años.

Esta disponible los viernes y sábados con reserva previa, y con la posibilidad de realizarse en inglés y francés. 

El recorrido puede variar en función de la marcha del grupo y el criterio del guía, adaptándose al horario de los comercios participantes.

Las opiniones aquí expresadas son libres, basadas en la experiencia vivida, sin existir ningún tipo de acuerdo previo con la empresa, a la cual desde aquí le damos las gracias por la acogida.

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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jueves, 7 de septiembre de 2017

Menorca, Mejor en invierno



A los que nos gusta viajar fuera de la temporada estival estamos deseando que se acabe el verano para volver a nuestra “rutina viajera”, sobre todo si tenemos ganas de visitar alguno de los destinos de nuestra geografía típicos de Sol y Playa. Y no es porque no nos guste el sol y la playa, que si, y a quien no! Disfrutar del sol del invierno al abrigo de una cala desierta de arenas blancas y aguas turquesa, ver amanecer escuchando el romper de las olas en un acantilado o contemplar una idílica puesta del sol desde una playa paradisíaca, son placeres a nuestro alcance que no tiene precio.





Este otoño teníamos pensado visitar las Islas Baleares, y, casualidades de la vida, la Agencia de Turismo de les Illes Balears y la Asociación de Bloggers de viajes de las Islas Baleares, desde sus respectivos perfiles en RRSS- @TurismeIllesBalears y @Balearestb-, nos invitan a participar en un concurso para bloggers de viaje de España, en el que el premio es pasar un fin de semana en alguna de sus islas. La finalidad del concurso? su hashtag lo deja claro #BetterInWinter (Mejor en Invierno). 






Para participar tenemos que escribir sobre alguna de sus islas. Hemos elegido hacerlo sobre Menorca, el primer punto de España en ver salir el sol cada día. Una joya del mediterráneo, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. 






Menorca es la isla más oriental a la vez que septentrional del archipiélago balear, y la segunda en extensión después de Mallorca, con un perímetro de 216km. en el que se alternan; calas, playas acantilados, faros y puertos. Podemos llegar a ella, tanto por mar como por aire. Al aeropuerto de Menorca llegan vuelos regulares desde varios aeropuertos peninsulares y también desde las islas: Ibiza y Mallorca.








Poblada desde tiempos ancestrales, como demuestran los más de 1.500 yacimientos talayóticos registrados. Menorca ha sido codiciada por muchos, por ella pasaron romanos, visigodos, musulmanes y cristianos. Fue inglesa durante 100 años, los británicos eligieron Maó como capital de la isla- y lo sigue siendo-, su influencia se nota en algunas calles de cierto toque británico mezclado con aires mediterráneos, ventanas de guillotina, colores y costumbres. La Pomada, típica bebida menorquina, es una mezcla de ginebra y limonada.








Construida al fondo de una estrecha bahía considerada en la antigüedad el mejor puerto del mediterráneo. A día de hoy el puerto de Maó es el segundo puerto natural más grande del mundo, sólo por detrás del de Pearl Harbour. Su casco antiguo se asienta sobre un promontorio donde cualquier rincón se convierte en un mirador de su puerto.









Y hablando de Maó no podemos olvidar de su gastronomía: sus excelentes quesos se elaboran en toda la isla bajo la Denominación de Origen Mahón-Menorca, tanto el Mahón-Menorca Artesano como el Mahón-Menorca. Ni de la mahonesa, esa salsa universal que, según cuenta la tradición, los franceses se adueñaron dándola a conocer como propia. Y siendo una isla no pueden faltar platos de pescados y mariscos, como la Caldereta de Langosta, aunque Menorca no es solo marinera, en su amplio abanico de recetas hay cabida a carnes, verduras y hortalizas.





Los amantes del senderísmo y la naturaleza también podemos ponernos las botas en Menorca. El Camí dels Cavalls es un camino, angosto, que circunvala toda la isla. Un camino ancestral utilizado para la vigilancia que ha sido recuperado a tramos para el ocio. Su nombre es todo un homenaje a uno de los iconos de Menorca, sus Caballos.






En Menorca hay senderos para todos los gustos. A pocos kilómetros de Maó se encuentra la S´Albufera Des Grau, el Parque Natural más importante de Menorca, formado por diversidad de ambientes: humedales, terrenos agrícolas y ganaderos, bosques, acantilados, playas e islotes en zonas marinas. Uno de los puntos claves de la Reserva de la Biosfera menorquina. 






Es Castell fue fundada por los ingleses y su trazado es cuadrangular, es interesante perderse por su casco antiguo y su puerto, uno de los de mayor encanto de Menorca.





Para los amantes de las bicis hay toda una red de caminos y rutas recuperadas para que sea posible recorrer Menorca en BTT, y empresas de alquiler cuyo servicio de recogida abarca toda la isla.





A los que nos gustan las ciudades con historia no podemos dejar de visitar la Ciutadella, la antigua capital de la isla es un excelente ejemplo de ciudad señorial, asentada a orillas de una estrecha cala. Con un casco antiguo lleno de encanto alrededor del cual quedan muchos restos de fortificaciones.








El punto mas alto de la isla se sitúa en el Monte Toro, con sus 358m., sobre el cual se alza el Santuario de la Virgen del Toro, patrona de la isla y desde el que hay unas magnificas vistas mires donde mires. A sus pies se encuentra Es Mercadal, localidad situada en una encrucijada de caminos. 






La Isla de Menorca es atravesada por “La Carretera”, la Me-1, que va de punta a punta de la isla a la vez que la divide en norte y sur, un trazado de unos 50km. por el que podemos ir de un lado a otro en menos de una hora, admirando su paisajes y sus kilómetros y kilómetros de muros de pared seca. Muros construidos como linde de fincas, que sirven de paravientos a los cultivos y para cercar al ganado, Menorca siempre fue ganadera.





Y hablando de piedras no podemos olvidar la Pedrera de s’Hostal, una espectacular cantera de la que se extrajeron muchas de las piedras de marés con las que se construyo la Ciutadella. Convertida desde hace más de 20 años en espacio cultural.




A los muchos atractivos indiscutibles que tiene Menorca, habría que añadir el clima típico mediterráneo del que goza; con inviernos templados y veranos caluroso y secos. El fenómeno climatológico más destacable de la isla, es el viento de tramontana, un viento del norte seco y virulento, que puede aparecer en cualquier época del año. La media anual de días de lluvia es de 63, o lo que vendría a ser lo mismo, 302 días de sol al año, con una temperatura media de entre los 16 y 18ºC en invierno y 29/31ºC en verano, la convierten, a nuestro modo de ver, en un destino más que apetecible en cualquier época del año, pero sin duda Mejor en Invierno #BetterInWinter.





Fotos:Turismo de Menorca




Este post está escrito con la información obtenida consultando en diferentes medios ya que todavía no hemos visitado Menorca. Pedimos disculpas si alguna información o dato no son del todo correctos. Las fotografías las hemos tomado "prestadas" de la fanpage de facebook de Turismo de Menorca.

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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