Teruel existe y tanto que si , desde hace mucho, mucho tiempo.
Esta pequeña y hermosa ciudad aragonesa, cuya fundación según cuenta la leyenda se debió a un toro con fuego en los cuernos, patrimonio de la humanidad, la ciudad de los amantes Isabel de Segura y Diego de Marcilla. Existe y tanto que si.
Los árabes para defenderse de los atacantes cristianos, mandaron toros con antorchas en la cornamenta, en lo alto de una colina se detuvo uno de ellos. Sobre esta se contruyo más tarde la ciudad de Teruel.
La villa vivió su mayor esplendor en época musulmana, cuando cayo en manos cristianas muchos árabes se quedaron en ella, la palabra árabe mudéjar significa "quedarse a vivir" y da nombre a una arquitectura que nació de la combinación de elementos del Islam con elementos occidentales.
La ciudad, durante la guerra civil, fue escenario de intensos combates y sufrió numerosas destrucciones, que afortunadamente no dañaron en su totalidad a las torres de las iglesias.
La torre de la catedral de Santa María de Mediavilla, data del año 1259 y es la torre mudéjar más antigua de la ciudad. Las torres de San Martín, San Pedro y El Salvador -que tiene unas vistas de la puesta de sol impresionantes-. Obras maestras todas ellas de la Arquitectura Mudéjar. Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986.
En un mausoleo, junto a la iglesia de San Pedro, reposan los restos mortales de los Amantes de Teruel, don Diego de Marcilla e Isabel de Segura.
Durante la Semana Santa, el redoble de los tambores suena sin interrupción por las calles, anuncia la expulsión de los árabes, recordando de este modo que la ciudad les debe su belleza.
